“Si observa la ocupación china del Tíbet y lo que pasó después, verá que se está repitiendo en Hong Kong”, dijo el presidente de la administración central tibetana, que ocupa el cargo desde que en 2011 el Dalái lama renunció a sus funciones políticas.
El régimen comunista chino impuso la semana pasada a la excolonia británica una polémica ley que hace temer a la oposición un retroceso histórico de las libertadas desde la retrocesión en 1997 del territorio por parte del Reino Unido, que tiene un estatuto de autonomía.
La ley adoptada por Pekín tiene el objetivo de reprimir la subversión, la secesión, el terrorismo y la connivencia con fuerzas extranjeras, una respuesta al movimiento de protesta del año pasado contra el poder central en la excolonia británica.
Los activistas prodemocracia temen que limite las libertades y la autonomía que tenían hasta ahora los habitantes del territorio.
El principio “Un país, dos sistemas” también lo prometieron al Tíbet, recuerda Lobsang Sangay, “pero justo después de la firma de los responsables tibetanos, obligados, fueron violadas todas las disposiciones del acuerdo de 17 puntos” de 1951.
Este acuerdo reconocía la integración del Tíbet a China pero le daba cierta autonomía. En 1959 el territorio pasó totalmente bajo control comunista tras la represión de la revolución tibetana y la huida del dalái lama a India.
“Eso es lo que está pasando en Hong Kong. Prometieron una ley básica al pueblo de Hong Kong pero actualmente vemos la violación de todas las disposiciones prometidas”, dice Lobsang Sangay, cuyo gobierno en el exilio tiene la sede en Dharamsala (norte de India), donde el Dalái lama está refugiado desde hace 60 años.
Taiwán
En Taiwán, la decisión china de imponer una severa ley sobre seguridad en Hong Kong multiplica el miedo de ver la isla y su democracia convertirse en el próximo objetivo de Pekín.
China comunista ha jurado recuperar algún día el control, por la fuerza si fuera necesario, de la isla donde los nacionalistas chinos se refugiaron tras su derrota ante los comunistas, al finalizar la guerra civil de 1949.
China también ha propuesto a Taiwán beneficiarse del principio de “un país, dos sistemas” aplicado en Hong Kong después de la retrocesión en 1997, también con la promesa de garantizar durante 50 años cierta autonomía, con libertades desconocidas en el continente.
Oferta siempre rechazada por los dos principales partidos políticos taiwaneses. Y, la nueva ley eliminó la mínima confianza que podían brindarle aún a Pekín.