CARACAS (AFP). Venezuela cerró junio con una inflación acumulada en 12 meses de 3.524%, según el informe del Parlamento de mayoría opositora, cifra ligeramente menor a la registrada al finalizar mayo.
El registro fue de 3.684% en mayo frente a 4.210% en abril, de acuerdo con el informe mensual elaborado por la Asamblea Nacional desde 2017 debido a la escasa disponibilidad de cifras oficiales. Sin embargo, la inflación en junio cerró en 19,5%, superando el 15,3% de mayo, indicó el legislador opositor José Guerra.
La inflación entre enero y junio alcanza 508%.
Venezuela, sumida en la peor crisis económica de su historia moderna, va encaminada a su séptimo año de recesión en medio de un ciclo de hiperinflación que podría tomar “un nuevo impulso con la depreciación del bolívar”, remarcó Guerra.
A finales de abril, el régimen socialista de Nicolás Maduro aumentó en 77% el ingreso mínimo, que suma el salario básico y un bono de alimentación obligatorio, la segunda alza del año. Alcanzó, pese a ello, apenas el equivalente a US$ 3,8 por mes.
Una familia promedio de cuatro personas necesita US$ 250 para adquirir la canasta básica que incluye alimentos, servicios y medicinas, subrayó Guerra.
Según la Encuesta Sobre Condiciones de Vida (Encovi) elaborada por tres de las principales universidades del país cuatro de cada cinco venezolanos no pueden cubrir la canasta alimentaria.
Venezuela cerró 2019 con inflación de 9.585,5%, según el Banco Central, cifra mayor a la reportada por el Parlamento, que calculó en 7.374,4% para el mismo periodo.
Sin comunicación
Señales de televisión que se apagan, emisoras que no sintonizan, llamadas que no conectan y el internet más lento de la región. Por diversas razones, las telecomunicaciones, igual que el suministro de agua o la electricidad, también colapsan en Venezuela, un país sumergido en una crisis que parece no tener fin.
Las razones de este colapso, como todo en la crisis compleja que atraviesa este país rico en recursos, son variadas y difíciles de atender sin el concurso mancomunado de los poderes fácticos, que hoy se enfrentan mientras se acusan mutuamente de los problemas que sufren los ciudadanos.
Pero al margen de culpas concretas, las focos apuntan de manera específica a la caída de la economía y una diatriba política que enturbia cada vez más las aguas del negocio de las telecomunicaciones, lo que deja a millones de venezolanos desconectados.