Uno de los momentos más importantes de la tradición católica, que conmemora la muerte de Jesús en la cruz, se llevará a cabo sin la presencia de los fieles, sin el tradicional lavado de pies y sin el conmovedor Vía Crucis precedido por el Pontífice, anunció el Vaticano.
Se trata de una decisión sin precedentes en la historia reciente de la Iglesia y fue tomada “debido a la actual emergencia sanitaria”.
El papa Francisco presidirá a puerta cerrada en abril el Domingo de Ramos, el Jueves y Viernes Santo con el Vía Crucis en el Coliseo Romano, la Vigilia Pascual, y el domingo de Resurrección con la tradicional bendición “Urbi et Orbi”, a la ciudad y al mundo.
Con un decreto divulgado ayer, la Congregación para el Culto Divino prohibió las misas con fieles durante la Semana Santa en los países afectados por la pandemia.
Curas fallecidos
La Iglesia católica dedicará de todos modos un momento especial a los curas y monjas que han muerto por el virus y a los cientos de religiosos y religiosas contagiados en los países afectados.
Según la Conferencia Episcopal italiana, 67 curas fallecieron por el coronavirus, la mayoría ancianos que residían en el norte de Italia, zona más golpeada.
Sólo en Bérgamo, la ciudad mártir por el elevado número de muertes, 22 religiosos fallecieron en las últimas dos semanas, entre ellos un arzobispo, un párroco de 59 años y el capellán de la cárcel, de 67 años.