Estos grupos, evidentemente, ya no tienen como objetivo el control de la producción en los países donde operan, sino el control a nivel mundial desde un poder central, utilizando las NN.UU. como instrumento. No tiene otra explicación el Tweet: “Comer menos carne ayuda a ahorrar agua y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, que causan el calentamiento global”.
Es obvia la falta de rigor de esta afirmación. ¿Porqué “comer carne” puede contribuir al calentamiento global? ¿Se mastica más? ¿El ser humano bebe más agua al ingerir carne? En todo caso, al masticar más el ser humano, ¿emite más gases de efecto invernadero?
El ridículo es más que evidente y el propósito del tweet, también.
Las NN.UU. se han convertido hoy en un poder no elegido por nadie que pretende decir a la gente, especialmente a los países en desarrollo, cómo tiene que vivir, qué tiene que comer, cómo tiene que hablar, qué debe cultivar, qué puede comer, o cuáles deben ser sus valores éticos.
Mientras que, por una parte, algunos de sus organismos promueven una agricultura o ganadería “sustentable”, por otra, la dictadura burocrática establece que hay que comer menos carne, señala entre otras cosas la UGP.