En fuentes oficiales señalan tres causas probables, pero la principal apunta en forma directa a la fragilidad de las líneas de transmisión emplazadas entre Campo Elía (Entre Ríos) y Zárate-Campana, la que también transporta la generación de Yacyretá, Salto Grande y la importada de Brasil.
Las otras dos se relacionan con el escaso caudal del río Paraná debido a la sequía y al plan de reparación de las turbinas de la central.
El fuera de servicio del sistema argentino, con repercusiones en los sistemas de la región, se registró el domingo 16 de junio último, fecha en que celebrábamos el día del padre.
Según el informe técnico, que en julio pasado presentó el secretario de Energía del vecino país, Gustavo Lopetegui, a la Cámara de Senadores del Legislativo argentino, entre otras numerosas consideraciones se debió a una “desconexión imprevista de la línea”, la falla del DAG (Desconexión Automática de Generación) y a errores que endilgó de firmas protagonistas del subsector eléctrico.
Otra causas se refiere a la sobrecarga de las líneas del corredor de referencia debido a que una de las líneas está inactiva desde el 18 de abril de este año.
A pesar de la superación del problema y las acciones correctivas posteriores, la línea fuera de servicio sigue en esa situación, según se supo durante el conflicto que se desató el lunes último en la casa de máquinas de Yacyretá entre técnicos argentinos y paraguayos, razón por la cual sus responsables aún no pudieron exorcisar al fantasma del apagón, miedo agudizado por la reciente derrota en las elecciones primarias argentinas del gobierno de turno y por la inminencia de los comicios de octubre venidero.
El lunes último, según el relato de los testigos, la tensión subió de nuevo, pero en este caso la humana, sino la eléctrica y no en el corredor de referencia, porque funcionarios argentinos de la EBY y de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA (Cammesa), impidieron a sus pares paraguayos que prosiguieran con los trabajos de adecuación de la barra de 500 kV de la central binacional, que hará posible la conexion con la LT 500 kV de Yacyretá a Villa Hayes, indispensable para que nuestro país acceda al 100% de la energía que le pertenece en esta central.
Los argentinos, según se supo, temían que esos trabajos provocaran un nuevo apagón, para colmo de males en los umbrales de las elecciones de octubre.
A las 17:45 de ayer la central generaba con 1.593 MW, el 51,4% la potencia instalada de la central.
Recaída en el mal de la deuda
El costo de MW, con solo el 51,4% de la capacidad de la potencia instalada de la central será mucho más alto que si esa central opera con toda su capacidad o, al menos, con gran parte de la misma.
¿Quién pagará la diferencia? Acaso las empresas argentinas o, de nuevo, como en el pasado reciente, la deuda imputada a la entidad binacional exhibirá una vergonzosa hinchazón?