Gracias a las redes sociales, el músico paraguayo Gustavo Sánchez Haase (organizador de este festival) conoció al bluesman nepalí Prakash Slim.
En entrevista con ABC Color, Prakash reconoció sus orígenes humildes, de familia de “recursos limitados” y su “infancia trágica”. “También he sufrido depresión y discriminación”, expresó, haciendo un paralelismo con los orígenes del blues, nacido en el “sur profundo de los Estados Unidos, por los afroamericanos durante la segregación”.
“El blues es como la voz de un pueblo oprimido y explotado. Tres acordes trajeron un mínimo de distracción de las duras realidades y humillaciones que enfrentaban esas personas a diario. Aunque (el género) fue entretenido para muchos, fue mucho más que eso para la cultura negra donde nació. También era una voz de protesta codificada, de sátira, de historia oral, orgullo, independencia, como lo fue para mí un siglo después: catarsis”, profundizó el músico.
Blues: unión y curación
Prakash, quien nos cuenta con orgullo que en su país es reconocido como “el Robert Johnson nepalí”, manifestó también que cuando más piensa “en la oportunidad de poder participar en este festival”, más se da cuenta “de que la música realmente puede hacernos uno con el mundo entero”. “Siento que podré hacer justicia a estas muchas cosas que tiene Nepal para mostrar en la comunidad global. Además, me enorgullece poder reflejar que no importa en qué parte del mundo estemos, los seres humanos somos uno porque compartimos las mismas historias, tenemos las mismas emociones y una música similar puede sanar nuestros corazones. Estoy extremadamente agradecido por poder participar en esta plataforma”, expresó Slim.
Música y poder
El cantante, guitarrista y compositor, quien nació en un pueblo llamado Lamatar, es también educador, pues se dedica a llevar el blues a las escuelas de su país. En ese sentido, subrayó que “la música es la medicina para todas las enfermedades, y creo que también puede educar y empoderar a las personas”.
Prakash reflexionó que si bien “estamos en este momento difícil y extraño”, la música “podría ser la mejor manera de sanar durante esta pandemia”. “Elijo abrazar la confusión y crear una pieza musical sobre ella, interpretarla y alegrarme para que no me agobie. Como todas las otras pandemias, esto también pasará. Entonces, mientras tenemos este tiempo libre, en lugar de quejarnos de la situación, podemos aceptarla y cantar al respecto. Creo que la música tiene mucho que enseñarnos sobre aceptar lo que no puedes cambiar en esta situación”, afirmó.
En ese sentido, el blues para él no es “solo un género”, porque para él “el blues comprende el dolor que habita en nuestro corazón”, observó.
Este estilo es para él la “canción” para su “curación”, su “línea de vida”. “Es por eso que me levanto por la mañana y me siento conectado con el mundo. El blues es como comparto mis historias, es como me relaciono con los folklores del pasado, es el significado que estaba buscando en la vida. El blues realmente conecta historias y caminos. Cómo llegué aquí actuando para un festival en Paraguay es una justificación viviente para esta declaración”, cerró.