El análisis de los precios internacionales de los commodities agrícolas, basados en datos del CBOT y Bloomberg, revela una marcada volatilidad y una tendencia general a la baja en el periodo comprendido entre junio de 2022 y diciembre de 2024. En el caso de la soja, se observa que en junio de 2022 alcanzó US$ 619,86 por tonelada, mostrando una caída a lo largo del año para situarse en US$ 552,98 por tonelada en diciembre. A inicios de 2023, el precio se había mostrado con una leve recuperación, aunque retomó su tendencia descendente y cerró diciembre en US$ 474,72 por tonelada. Para inicios de 2024, el comportamiento decreciente continuó con una caída progresiva en diciembre hasta alcanzar US$ 363,21 por tonelada.
El trigo mostró un comportamiento igualmente volátil, aunque con características particulares. En junio de 2022, el precio se situó en US$ 383 por tonelada, pero descendió rápidamente hasta el mes de diciembre. El valor más bajo del año, US$ 274,38 por tonelada, se registró en agosto. En 2023, el precio comenzó en US$ 281,45 por tonelada, manteniendo una trayectoria a la baja hasta el último mes del periodo en análisis. En 2024, el precio inicial mostró una ligera recuperación y en mayo llegó a US$ 259,41 por tonelada, pero volvió a caer y situarse en US$ 202,73 por tonelada, reflejando la presión constante de factores externos.
En cuanto al maíz, su comportamiento fue relativamente más estable comparado con la soja y el trigo. En junio de 2022, el precio se encontraba en US$ 250,38 por tonelada, con una tendencia decreciente que se mantuvo hasta julio, seguido de un repunte en agosto que se sostuvo hasta diciembre, cuando alcanzó US$ 265,93 por tonelada. Durante 2023, el precio comenzó el año en US$ 265,93 por tonelada y experimentó una disminución constante, finalizando diciembre en US$ 190 por tonelada. En 2024, la tendencia descendente se acentuó, aunque hubo un breve repunte en marzo, los precios retomaron su caída, ubicándose en US$ 174,11 por tonelada en diciembre.
Estos resultados evidencian la alta sensibilidad de los precios de los commodities agrícolas ante factores geopolíticos, climáticos, así como de oferta y demanda globales. Paraguay, como un país cuyo comercio exterior depende en gran medida de la exportación de materias primas agrícolas, enfrenta retos significativos dada la volatilidad de estos mercados. Por tanto es clave que el país desarrolle estrategias para mitigar estas fluctuaciones, tales como la diversificación de mercados, la mayor incorporación de valor agregado a los productos primarios y la implementación de políticas que promuevan una mayor resiliencia económica frente a los cambios externos. La necesidad de estabilidad en estos sectores es fundamental no solo para garantizar ingresos constantes, sino también para proteger la economía local de los impactos adversos de las condiciones internacionales.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.