Para Paraguay, el río Paraná representa una de las fuentes de agua más importantes para la producción de energía, y actualmente cerca del 70% de la energía comercializada en el Sistema de Integración Energética del Sur (SIESUR) proviene de plantas hidroeléctricas paraguayas de esta cuenca, destacó el viceministro de Minas y Energía, Mauricio Bejarano.
Explicó que, gracias al apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se realizó un estudio que proyecta un aumento del caudal de esta cuenca a futuro, a pesar de que el cambio climático también traerá períodos de sequía más intensos.
“Vemos, dentro de lo que es la cuenca Río Paraná, una posibilidad enorme de seguir teniendo este excedente de energía, una energía hídrica limpia y a la cual seguiremos apostando como nación”, manifestó Bejarano, quien insistió en que Paraguay está decidido a seguir desarrollando esta cuenca. Esta visión estratégica incluye los proyectos binacionales de Corpus Christi e Itati-Itacora y la ampliación de Yacyretá, iniciativas que requieren coordinación con Argentina y Brasil.
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“¿Debemos intensificar las conversaciones con Argentina y Brasil, ya que son emprendimientos vía tratados binacionales? Estamos hablando de Corpus Christi, de Itati- Itacora, de las 10 máquinas más de Yacyretá, con lo cual nos podría dar una posibilidad enorme de generación todavía. Esas conversaciones deben aumentar con este paso del tiempo, y tenemos que acelerarlo, y celebro de vuelta estar en este espacio para poder incrementar esas conversaciones bilaterales”, detalló.
Bejarano resaltó la importancia de continuar invirtiendo en infraestructura para aprovechar de forma eficiente los recursos de la cuenca del Paraná y fomentar un mercado energético regional. “Nosotros buscamos un mercado donde colocar nuestros excedentes de energía renovable. Queremos que Paraguay no sea solo un exportador de energía, sino también un impulsor de integración energética regional”, afirmó el viceministro.
Como parte de esta estrategia, Paraguay comenzó a desarrollar un convertidor de frecuencia que facilitará la conexión de su energía al sistema eléctrico de Brasil, permitiendo así la entrada de la energía paraguaya al mercado brasileño, uno de los más grandes de la región. Esto, aseguró Bejarano, permitirá a Paraguay fortalecer su papel en la integración energética y prepararse para futuras demandas.
Mencionó que se hizo un primer concurso de precios para la venta de energía de la Central Acaray, pero que “no resultó de la manera que esperábamos”, aunque admitió que pretenden que este ejercicio, “esta musculatura, se vaya desarrollando”.
Además de la generación hidroeléctrica, el viceministro explicó que Paraguay está trabajando en un proyecto de gasoducto bioceánico, de 1.050 kilómetros, que conectará la región con Argentina y Brasil. Este gasoducto, diseñado para estar junto al corredor bioceánico en construcción, es una de las apuestas de nuestro país para diversificar sus fuentes de energía y fortalecer su infraestructura en la transición hacia energías limpias.
“Queremos una integración energética integral. El gas natural será fundamental para la transición, y la cuenca del Paraná también puede contribuir a este cambio, permitiendo que las moléculas de gas circulen por el territorio”, añadió Bejarano, quien se mostró optimista ante las conversaciones bilaterales que avanzan con Argentina y Brasil para hacer realidad este proyecto.
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Inversión y voluntad política
El viceministro finalizó su intervención resaltando la necesidad de fortalecer la inversión en infraestructura energética y de fomentar la cooperación regional. Señaló que tanto los organismos multilaterales como el sector privado tendrán un papel crucial en el financiamiento de los proyectos que optimizarán la cuenca del Paraná para el beneficio regional. Asimismo, resaltó la voluntad política demostrada por los 27 países presentes en la IX Semana de la Energía, un factor que, según él, será decisivo para avanzar en la integración energética.