Mantener nuestras finanzas saludables es esencial para la estabilidad económica, personal y familiar, pero sobre todo, para el bienestar general. Muchas personas se preguntan si es posible conseguir ese objetivo en Paraguay, en donde gran parte de la población económicamente activa gana sueldo mínimo o menos. El salario básico en nuestro país es G. 2.798.309, tras el ultimo ajuste de mitad de año (US$ 352,43).
Al respecto, los especialistas en finanzas explican que la disciplina y el orden financiero no tienen que ver con el nivel de ingreso del trabajador o trabajadora. Es decir, incluso quienes ganan más, si no llevan en orden los números, gastando más de lo que les ingresa, pueden verse en aprietos financieros.
Una de las herramientas más eficaces recomendada por los entendidos para lograr finanzas saludables es crear y seguir un presupuesto mensual.
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¿Qué es un Presupuesto?
Hay personas que no saben cuánto exactamente gastan cada mes y tampoco en qué rubros. El primer paso es conocer cómo está compuesto el egreso mensual.
Un presupuesto es simplemente un plan de cómo gastar el dinero en un periodo determinado. Incluye todas las fuentes de ingresos y de gastos que tiene la persona.
La clave es asegurarse de que los gastos no superen los ingresos y que si lo hacen, sea la excepción y no la regla.
A continuación, los pasos para armar un presupuesto mensual.
1. Evaluá tus ingresos
- Identifica todas tus fuentes de ingresos: Puede ser tu salario, ingresos por alquileres, trabajo freelance, etc.
- Cálculo total de ingresos: Asegúrate de contar únicamente los ingresos netos, es decir, después de impuestos y otras deducciones.
- No incluyas promesas de ingresos: Hay veces que incluimos entradas de dinero que solo son promesas por posibles trabajos a realizar en el futuro (y tendemos a gastar antes de contar realmente con ese dinero).
2. Enumerá y clasificá tus gastos
- Gastos fijos: Incluyen el alquiler de la casa o pago del crédito hipotecario, pagos de préstamos, seguros, también lo que destinamos para servicios básicos como ANDE, ESSAP o servicios de telefonía.
- Gastos variables: Se refieren a aquellos que cambian cada mes como el supermercado, transporte, entretenimiento, ropa, etc.
- Gastos discrecionales: Aquellos que son más de “quiero” que “necesito”, como suscripciones a servicios o cenas fuera.
3. Redactá un registro de gastos
Llevá un control preciso y registrá todos los gastos diarios. Realizá este seguimiento durante un mes para obtener una imagen clara de tus patrones de consumo.
4. Categorizá los gastos
Organizá los gastos en categorías para identificar áreas donde podés reducir los costos. Podés utilizar aplicaciones de celular de finanzas o una hoja de Excel, para una gestión más eficiente.
5. Creá el presupuesto
- Asignar fondos a cada categoría: Basado en tus ingresos y gastos habituales, asigná montos específicos para cada categoría.
- Priorizá el ahorro: Incluí una categoría de ahorro dentro de tu presupuesto. Se recomienda ahorrar al menos el 20% de tus ingresos. Pero lo que puedas ahorrar como monto fijo, te ayudará a enfrentar gastos imprevistos. Es un favor que le hacés a tu “yo del futuro”.
6. Monitoreá y ajustá
- Revisión regular: Revisá tu presupuesto regularmente para asegurarte de que estás cumpliendo con tus metas.
- Ajustes necesarios: Si surgen gastos inesperados o tus ingresos cambian, ajustá tu presupuesto para mantener el equilibrio.
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Consejos para que el sueldo te rinda más
Aplicaciones como Mint, YNAB (You Need A Budget) o incluso simples hojas de cálculo pueden ayudarte a seguir y ajustar tu presupuesto.
Reservá dinero para gastos inesperados y así evitar endeudarte.
Cancelá suscripciones que no utilices frecuentemente.
Los entendidos explican que tener el control sobre tus finanzas te ayuda a tener una mejor comprensión de las mismas. Una vez que las conozcas con claridad, será más fácil tomar medidas al respecto.
Los beneficios de tener el presupuesto llegan incluso al estado emocional. Al saber que tenés un plan, te sentirás más seguro sobre tu situación económica y eso podría aliviarte el estrés.
Además, un presupuesto te permite planificar y alcanzar tus objetivos a corto y largo plazo.
Crear y mantener un presupuesto mensual puede parecer un desafío al principio, pero con el tiempo se convierte en una práctica que te aportará muchos beneficios y te proporcionará tranquilidad financiera, aseguran los expertos. La clave está en la constancia y la disciplina.