En los países de América Latina y el Caribe, la proporción de trabajadores que aportan a sistemas obligatorios de pensiones (cobertura activa) es baja, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El organismo estima que, en promedio, en la región solo 45 de cada 100 trabajadores están contribuyendo o están afiliados a un plan de pensiones. Este porcentaje no ha mostrado una variación importante en la última década, pese a las políticas de reformas estructurales implementadas en los distintos países.
Una serie de características socioeconómicas explican el bajo nivel de aportes a los sistemas de pensión. A decir, condiciones vinculadas con la educación, el género y el nivel de ingresos. Trabajadores con un nivel académico más alto tienen mayores probabilidades de contribuir a los sistemas de pensión que los de menor educación.
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En cuanto al género, la tasa media de participación de las mujeres en la fuerza laboral en ALC es del 56% en comparación con el 83% para los hombres. Finalmente, los empleados en el quintil más alto de la distribución de los ingresos tienen porcentajes relativamente altos de contribución, frente a trabajadores de bajos ingresos. De hecho, solo del 20 al 40% de los trabajadores de ingresos medios contribuye a un fondo de pensión.
Escenarios de esquemas jubilatorios
La Consultora MF Economía e Inversiones presenta una serie de ejercicios en el esquema de jubilación del Instituto de Previsión Social (IPS) con la aplicación de ciertos cambios paramétricos en la edad, años de aportes, rentabilidad de inversiones y otros indicadores. En los supuestos se ancla la expectativa de vida a la edad de 75 años y un salario mínimo de G. 2.798.309.
- Jubilación Lineal: en este esquema, el asegurado se acoge al sistema de jubilación con 60 años de edad y 35 años de aporte. Esto en el supuesto de que haya comenzado a aportar desde los 25 años y sobre un salario mínimo anual sin reajuste alguno a lo largo de los años de contribución. Además, no se contemplan retornos por inversión.
Con los años aportados, el jubilado tiene una cobertura hasta que cumple los 64 años, es decir el 25,5% del aporte obrero-patronal pagado mensualmente solo le alcanza cuatro años después de retirarse de la vida laboral. A partir de los 65 años, el asegurado en el fondo cae en déficit y es cubierto con los recursos disponibles de los activos.
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- Jubilación ordinaria: Para este escenario se consideraron las mismas condiciones de edad (60 años), aportes (35 años) y haber jubilatorio (100%) del esquema lineal, excepto los demás puntos. En este ejercicio, la persona se jubila con los aportes calculados sobre el salario mínimo anual ajustado, con una inflación de 4%.
El fondo jubilatorio logró un rendimiento promedio ponderado en guaraníes del 7,43% en las inversiones financieras a junio de 2024. Con la rentabilidad obtenida, el jubilado deja de tener cobertura con sus propios aportes desde 70 años aproximadamente, cuando el asegurado en el fondo cae en déficit.
Otros esquemas de jubilaciones
En la edición de mañana se compartirán los demás ejercicios para los esquemas de jubilación anticipada y extraordinaria.
Además, a lo que denominamos “jubilación con trampa”, una práctica muy aplicada en el proceso jubilatorio en la que el empleador y el empleado acuerdan regularizar la estructura salarial del dependiente triplicando sus ingresos para beneficiar al que será un jubilado en tres años. Tras haberse beneficiado con menores aportes antes del retiro de la vida laboral del empleado.
Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.