El viceministro Fernández enfatizó que buscan implementar un modelo de negocio que sea seguro y eficiente, que brinde confort a los pasajeros y que sea viable como negocio a los empresarios. Resaltó la importancia de la incorporación de choferesas y que eso no sea visto por las empresas como un problema.
Los transportistas, a su turno, afirmaron que la propuesta del sistema de transporte presentado “es el paraíso soñado”. Manifestaron que la propuesta es pretensiosa y que está siendo planteada con la realidad del país. Los empresarios realizaron numerosas consultas durante la primera socialización hecha por el viceministerio del transporte, con respecto a la “Reforma del Sistema de Transporte”, cuyo proyecto de ley viene encaminado bajo el eslogan de “El bus que se viene”.
Los transportistas manifestaron la necesidad de la seguridad legal del proyecto, ya que la “Reforma del Transporte Público” plantea varias aristas que deben ser muy bien estudiadas para que los transportistas puedan elegir ser partes del proyecto.
En ese sentido, el presidente de Cetrapam, César Ruiz Díaz, manifestó que el mundo del sector privado es sencillo y que analizarán si las condiciones de la prestación del servicio son seguras o no. “La reforma del transporte es una decisión del Gobierno y nosotros lo que vamos a ver es –cuando tengamos la ley a mano y cuando se dé cumplimiento de las buenas prácticas regulatorias– que el que tenga la ley, en este caso el Senado, y haga las audiencias públicas, tomaremos la decisión si continuamos con el servicio o nos dedicamos a otra cosa”, dijo Ruiz Díaz.
En otro momento manifestaron que el proyecto está bien diseñado y que es un ideal, y que “más bien es para un país de primer mundo” que ya cuenta con una infraestructura vial segura, y no para una nación como la nuestra, que tiene baches, raudales, y otros problemas. En cuanto a la frecuencia de ómnibus, resaltaron que se debe tener en cuenta el tráfico en horas pico. La adquisición de los buses por parte del Gobierno fue otra de las preocupaciones, ya que muchos temen que no sean de buena calidad y que una vez adquiridos se obligue a los transportistas cumplir con las obligaciones.