Para mañana, miércoles 18 de setiembre, de acuerdo con informes especiales, esperan un leve aumento del caudal afluente a la represa hidroeléctrica Yacyretá: 8.100 m3/s.
La reducción de los caudales afluentes, en primer lugar, obligan a la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) a mantener absolutamente cerradas las compuertas del vertecero principal del complejo y a erogar solo 1000 m3/s a través del vertedero del brazo Aña Cuá.
Recordemos que la EBY había acordado con el Banco Mundial, una las primeras financistas del proyecto hidroeléctrico Yacyretá, que el mínimo que debe la EBY dejar pasar por esa estructura era de 1500 m3/s, porque si no se ajustaba a esa exigencia, el brazo en cuestión se secaría.
Lea más: Plan Aña Cua viola el Tratado y el Anexo B
Posteriormente, con la justificación que debía aprovecharse ese caudal utilizándola para generar electricidad y, por ende, incrementar la tasa de producción de Yacyretá, se ideó, licitó y comenzó a construirse una centralita, con 270 MW de potencia, obras que actualmente, hace más ocho meses, están paralizadas.
Otras de las secuelas de la nueva onda de estiaje en la cuenca del Paraná es la reducción de la tasa de producción de la central paraguayo/argentina que hace varios meses trabajo con potencia restringida.
Lea más: Fuerte caída de la producción de Yacyretá en el primer bimestre de 2022
Recordemos que la central actual cuenta con 20 unidades de 155 MW de potencia cada una, la que está sometida no solo a los efectos de la bajante del río, sino también la parte de varias de sus unidades debido a ineludibles proceso de reparación y mantenimiento.