Los panelistas fueron Alberto Acosta Garbarino, presidente de Dende y del Banco Familiar; César Paredes, presidente de Cadiem Fondo de Inversiones; Stella Guillén, presidenta de la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD); y Víctor González Acosta, presidente de World Trade Center y de Capitalis S.A; y fue moderador Jorge Bernardes, presidente del Club de Ejecutivos.
Los expositores coincidieron en que es un desafío y una gran oportunidad para que el país capte recursos de los grandes inversores del mundo para su desarrollo, principalmente de los fondos de pensiones, pero dejaron en claro que se deben hacer las reformas tanto en el sector público como privado para aprovechar esta calificación.
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Paraguay logró el grado de inversión a fines de julio de parte de la agencia Moody’s, que elevó su nota de Ba1, con perspectiva positiva, a Baa3, con perspectiva estable.
Las demás consultoras internacionales de riesgo país: Standard & Poor’s en febrero de este año elevó su calificación para nuestro país, después de diez años, pasando a BB+, con perspectiva estable; en tanto, Fitch Ratings en noviembre del año pasado mantuvo su nota en BB+, con perspectiva estable.
En ambos casos, Paraguay está a un escalón del grado de inversión de estas calificadoras, pero a criterio de los expositores no será tan fácil ni rápido que estas agencias otorguen, porque tienen otros parámetros y lleva su tiempo.
Inversión extranjera directa se maneja con otros criterios
Acosta Garbarino dijo que haberse logrado el grado de inversión no implica que automáticamente vendrán las inversiones extranjeras directas, porque se manejan con otros criterios y puso como ejemplo, que Argentina a pesar de tener la peor calificación recibió inversiones por US$ 15.000 millones, mientras que en nuestro país llega a los US$ 400 millones.
La calificación puede ayudar a captar las inversiones, pero no es la única y que el gran motivo es el mercado, por lo que Estados Unidos lidera la captación, en segundo lugar esta China y en la región está primero Brasil, indicó.
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Guillén, por su parte, destacó como una buena noticia para el país la posibilidad de poder acceder a inversiones de gran nivel y enumeró los sectores que la banca de segundo piso puede actualmente financiar, que dijo no es solamente viviendas.
Explicó que la AFD también obtuvo el grado de inversión y que esto abre las puertas a la entidad a un mercado de inversores totalmente diferentes, algunos que por ley tienen prohibido invertir en países e instituciones que no tengan el grado de inversión, porque ese indicador resume todo, como la responsabilidad en el manejo financiero e institucional, la gobernanza.
Si no se cumple con reformas, podemos volver atrás
Paredes, a su vez, dejó en claro que el grado de inversión nos da la posibilidad de acceder a los recursos institucionales, ya que todos los fondos de pensiones del mundo no pueden invertir en países que no tengan grado de inversión.
Alertó, sin embargo, que todos los años van a mirar esta nota obtenida por el país, que la calificación no es para siempre, porque Moody’s estableció algunas condiciones como las reformas pendientes, el fondo de pensiones, la Caja Fiscal y eso irán mirando.
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“Nosotros cruzamos el río, pero nos quedamos en el borde, ahí un mal paso y nos tiran otra vez al otro lado”, puntualizó como ejemplo de lo que podría suceder si no se cumplen con los requisitos de la agencia internacional.
Señaló igualmente que hay grandes inversores que piden, por lo menos, que dos calificadoras otorguen al país el grado de inversión para hacer las inversiones.
Con respecto al sector privado, Paredes señaló que las empresas también deben reformarse, dejar de ser familiares, abrirse al capital, utilizar reglas de contabilidad internacional, porque de lo contrario quedarán fuera de competencia.
Capital humano humano, educación y salud
González Acosta en su exposición indicó que el grado de inversión puede ser el gran motor del desarrollo y lo que se logró al alcanzar esta nota, fue producto de un pacto social que permitió construir una economía predecible, que se convirtió en una suerte de política de estado y eso generó credibilidad.
Sostuvo que todo esto fue una carrera colectiva, entre el sector privado, la sociedad civil y el sector público, pero dejó en claro que no es suficiente porque si somos capaces como sociedad de lograr objetivos como éste, deberíamos impulsar la misma capacidad para resolver los problemas estructurales que tenemos para verdaderamente aprovechar.
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A su criterio, de nada va a servir el flujo de dinero sino se tiene un capital humano preparado y en ese sentido, dijo que en este evento debería estar el ministro de educación, para pensar con todos como se puede transformar el capital humano que pueda servir para convertir estas oportunidades de inversión en proyectos.
Citó como ejemplo, que el presidente de Costa Rica cuando fue a Estados Unidos a buscar inversión, se fue con su ministro de educación y las compañías visitadas les decía que se necesita para invertir y, en ese sentido, apuntaron al el tema de capital humano.
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Explicó que el capital humano es el gran desafío para nuestro país porque estamos atrasadísimos en esto, porque todavía estamos en el país donde apenas uno de cada diez chicos termina el colegio, donde no comprenden lo que leen, atrasados en matemáticas, por lo que el empresario considera muy difícil poder aprovechar esta oportunidad que se viene si no se hace esta reforma.
Dijo que lo vamos a convertir en una realidad si cumplimos con estos desafíos de reformar la educación, reformar el sistema de salud, tener una salud universal, porque todos los que tienen empleados saben que es una barrera enorme y citó como ejemplo que para conseguir un turno en el Instituto de Previsión Social (IPS) tiene que estar tres meses.
Puntualizó que necesitamos capital humano de primer nivel para poder aprovechar las inversiones y llevar a nuestro país a un estadio de desarrollo real, que el ingreso percápita supere los US$ 15.000 como mínimo, porque US$ 5.000 no es suficiente.
Estado absolutamente ineficiente y prebendario
Además, sostuvo que se necesita realizar las reformas que son fundamentales, como el servicio civil, porque si tenemos un Estado ineficiente puede llover dinero todos los días y no lo vamos a aprovechar.
“Nosotros tenemos un Estado absolutamente ineficiente, productos de sucesivos gobiernos clientelista y prebendario de la política, que llenó de planilleros el Estado. Entonces, como vamos a trabajar con ese Estado para genera condiciones, para aprovechar esta oportunidad”, enfatizó González Acosta.
Dijo que dentro de las excepciones de este Estado están los que tienen que ver con el grado de inversión, como el Banco Central del Paraguay (BCP), el Ministerio de Hacienda, hoy Ministerio de Economía y Finanzas, y la AFD.
Afirmó que el Ministerio de Educación, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Agricultura y Ganadería no tienen la menor capacidad para gestionar estos procesos de desarrollo que se puede impulsar a través de la inversión. “Si nosotros no abordamos esos problemas estructurales, de nada va a servir que vengan las inversiones, no lo vamos a aprovechar”, aseguró.
Explicó que Paraguay tiene un montón de desafíos, como por ejemplo el déficit habitacional del orden de 200.000 viviendas, que requiere una inversión mínima anual de US$ 2.000 millones para apenas nivelar en 10 años la demanda insatisfecha, a lo que se debe sumar la infraestructura y conectividad. “Son muchas tareas, tenemos mucho desafíos, pero muchísimas oportunidades”, expresó el empresario.