Financiera Paraguayo Japonesa celebra 27 años de presencia en el mercado y lo conmemoró con la inauguración de su nueva oficina para negocios fiduciarios, PJ Business Center, ubicada en Bélgica esquina Guido de Spano.
El PJ Wine & Trust: Un Brindis Confiado, del inglés Vino y confianza, es un parafraseo entre las características de un buen vino con las particularidades que destacan a la firma en el tiempo, pues la misma mantiene años en el país y en este tiempo ganó la confianza y posicionamiento, con una marcada influencia de la cultura japonesa.
Participaron directivos de la compañía e invitados especiales, quienes disfrutaron de una experiencia única con vinos de vanguardia seleccionados por el renombrado sommelier Roger Sardé.
Los vinos, cuidadosamente elegidos, estuvieron acompañados por exquisitos platos que complementaron a la perfección la sofisticada atmósfera del evento.
Este encuentro tuvo como objetivo presentar la nueva unidad de fideicomisos y fortalecer las relaciones con algunos de los clientes más valiosos de la financiera.
Marcelo González, gerente de Marketing, comentó que la Unidad de Negocios Fiduciarios de Financiera Paraguayo Japonesa ofrece soluciones diseñadas para gestionar y administrar bienes con la máxima eficiencia.
“Desde fideicomisos de administración y garantía, hasta opciones de inversión y proyectos inmobiliarios, las propuestas están pensadas para cubrir todas las necesidades del mercado nacional. Con un enfoque en la transparencia y la confianza, la entidad garantiza a sus clientes la seguridad de que sus recursos están en las mejores manos”, aseguró.
Cultura japonesa y vino: Kaizen y Omotenashi
Durante la velada, los concurrentes pudieron admirar la influencia de la cultura japonesa en la filosofía de Financiera Paraguayo Japonesa.
Los conceptos de mejora continua (Kaizen) y atención genuina (Omotenashi) se reflejaron en cada detalle.
El proceso de elaboración de los vinos demuestra esta mejora continua (Kaizen), pues cada botella representaba la dedicación a la perfección y la búsqueda constante de mejoramiento.
Asimismo, el Omotenashi se palpaba en la atención dedicada y brindada a cada invitado, haciendo que se sintieran el aprecio y trato personalizado.