El uso de consorcios o mezclas de especies es muy benéfico, pues, además de presentar importantes efectos en la mejoría de las propiedades biológicas y físicas del suelo (agregación y estructuración), producen residuos de relación carbono/nitrógeno que favorecen la mineralización del nitrógeno y de esta forma promueven mayor equilibrio y acumulo de carbono en el perfil del suelo, sin mencionar los beneficios en reducción de patógenos de suelos y disminución de la población de nematodos fitoparásitos, así como supresión de malezas por alelopatías, sombreamiento”, explicó Cubilla.
Ventajas del mix
“El consorcio de especies vegetales, en comparación a los cultivos aislados, propicia la formación de una cobertura del suelo más próxima del ideal con la cantidad y la calidad de residuos, lo que trae beneficios al cultivo en sucesión (soja, maíz, trigo). La relación carbono/nitrógeno de las plantas de cobertura influye en la velocidad de la descomposición de la materia seca de estos. El nitrógeno actúa como regulador del proceso, ya que cuanto menor es esta relación, mayor será la velocidad de descomposición de la masa seca (menor cobertura) y mayor será el aporte de nutrientes al cultivo siguiente”, destacó el titular de la Federación Paraguaya de Siembra Directa.
Abonos verdes, de acuerdo al tipo de suelo
“Cada caso es un caso, cada productor es diferente, y por eso es importante el buen criterio técnico y tener los resultados de análisis del suelo al día para la toma de decisiones; pero vamos a dar dos ejemplos: el nabo forrajero es una planta con elevada capacidad de descompactar camadas densas (sistema radicular pivotante) y de alto potencial de reciclaje de nutrientes, por este motivo se recomienda realizar la siembra en consorcio con gramíneas (centeno, avenas, triticale, etc). Por otro lado, una mezcla de plantas de cobertura: avena + vicia + nabo forrajero produjeron casi el doble de materia seca por hectárea en relación con lo observado con la leguminosa en cultivo soltero, evidenciando la importancia de la utilización de las plantas de cobertura de forma consorciada o mix”.
Cantidad ideal de materia orgánica
“Los estudios hablan de que, para decir que el suelo tiene una buena cobertura, lo aceptable ya es entre 10 a 12 toneladas de materia seca por hectárea al año, que es lo ideal para producir en nuestros ambientes edafoclimáticos, de la región Oriental del Paraguay”, finalizó el ingeniero Cubilla.