Comerciantes de Encarnación se reunieron con el agente del Ministerio Público, Enrique Fornerón y con autoridades de la dirección departamental de la Policía Nacional en Itapúa, para exigir acciones ante el crecimiento de la inseguridad. Además, expresaron que tienen varias denuncias realizadas en la fiscalía que no tienen resolución según expusieron.
El vicepresidente de la Cámara de Comercio Industria y Servicios de Encarnación, Daniel Ferreira, sostuvo que esperan acciones de las autoridades, porque son ellos los más expuestos a la inseguridad.
En el Circuito Comercial de la ciudad, sitio que alberga alrededor de 1.000 comercios, el principal flagelo son los adictos a las drogas, que se adueñaron de varias casillas construidas por la Entidad Binacional Yacyretá, en cercanías de la obra de la reposición de la vía del tren.
Además, no descartan que en el sitio se incurra en hechos como microtráfico o que funcione el sitio como una boca de humo. Los conocidos como “chespis” mantienen en zozobra a los trabajadores y ahuyentan a los potenciales clientes, afirman.
Los comerciantes continúan preocupados por la situación que les afecta doblemente, en un momento en que hay esperanzas de una posible recuperación económica para el sector que fue duramente golpeado por la pandemia de Covid-19.
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El fiscal de la causa expresó a la prensa que están realizando las tareas investigativas para llegar al fondo de la cuestión, para que al momento de realizar intervenciones, se llegue a los responsables y no solamente ser una solución parche de la problemática.
“Sumar” o “Chau Chespi” lejos de la realidad
Tras los anuncios del Gobierno nacional de programas para combatir de fondo los problemas relacionados a la adicción a las drogas, el programa que en principio se llamaba “Chau Chespi”, ahora “Sumar”, no llegó con acciones sustanciales a la región.
En contrapartida, pareciera que últimamente existe una ola de inseguridad vinculada a los adictos a estupefacientes, que tienen prácticamente controlada las noches en varios barrios de la ciudad, siendo los más afectados los asentamientos creados por la EBY (Ita Paso, San Pedro, San Isidro en Encarnación; Arroyo Porá en Cambyretá).
Por su parte, el jefe de Prevención y Seguridad de la Dirección Departamental de la Policía Nacional, Comisario Principal Ramón Delvalle Moura, afirmó que realizan un trabajo reforzado para paliar las consecuencias de una falta de política de fondo. Sostiene que a diario tienen que demorar a varios adictos que cometen delitos menores, como hurtos, amenazas y demás, pero no pueden hacer más, porque el Ministerio Público no puede solicitar su detención y consecuentemente, no hay seguimiento de la situación.
Esta situación conlleva a que los mismos adictos, a parte de inhibirse por efecto del estupefaciente, pierden el miedo a cometer hurtos en las residencias o de “apretar” a ciudadanos para sustraerles pequeñas sumas de dinero, para costear la droga. Operan en conocimiento de que si son aprehendidos por la Policía, serán liberados en pocas horas.
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Hartazgo ciudadano
Otra de las consecuencias de la creciente inseguridad impune, es el aumento del hartazgo ciudadano contra los adictos. El pasado 15 de abril, una turba de vecinos redujo a un conocido adicto que tenía en zozobra a los pobladores del barrio Ita Pasó. En medio de la gresca, apuñalaron al hombre de 33 años, con varios antecedentes y recientemente con orden de salida del Centro de Rehabilitación Social (Cereso). La herida causó la muerte de Fernando Andrés Arriola.
La madrugada de este jueves, en el barrio Pacucuá los lugareños lincharon a un presunto adicto, que ingresó en el patio de uno de los vecinos y lo entregaron a la Policía bajo la amenaza de que lo liquidarían si ingresaba nuevamente a la comunidad.
El comisario Moura afirmó que están preocupados por la situación que puede generar más violencia en la población, por lo que suman esfuerzos para llegar a las zonas más afectadas, pero sin un acompañamiento de otras instituciones es limitado el campo de acción que tienen como agentes de seguridad.
“Somos el último eslabón de la cadena”, refirió el jefe de Prevención y Seguridad, en relación a los reclamos de la ciudadanía por más seguridad. Existen problemas de fondo que hay que atacar, si no solamente escalarán los conflictos.
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Solamente en un operativo de la Policía Nacional realizado la madrugada del sábado en el barrio Ita Paso de Encarnación, resultó con la demora de casi una docena de adictos en las calles. Posterior a que se los identificó, la mayoría de ellos jóvenes, ninguno tenía cuentas pendientes con la justicia, por lo que obligadamente debieron ser liberados.
Existen cientos de denuncias en la comisaría local, innominadas por casos de hurtos de todo tipo, que no pueden llegar a conclusión. La respuesta que dan como institución, por si sola, es insuficiente según el relato de la autoridad policial.