La imagen de las obras civiles de la Central Aña Cuá es desoladora debido al abandono, tras cuatro meses de la paralización de los trabajos en el lugar por problemas financieros de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) y la situación económica de Argentina, según explicaba el contratista.
El Consorcio Aña Cua WRT (Webuild-Rovella-Tecnoedil), por medio de una nota firmada por su representante, el Ing. Pascuale Buonanno, justificaba en enero pasado la paralización de la construcción de la Central del Brazo Aña Cuá y la desvinculación de 450 obreros paraguayos. Las causantes de la medida sería la crisis económica que afecta a la Argentina y, por ende, al desarrollo de los trabajos en la central en construcción, que ponían en riesgo el equilibrio financiero de la firma, explicaban entonces.
Según el Consorcio Aña Cua, la ejecución del proyecto se agravó debido a la incertidumbre que atraviesa en los últimos meses la Argentina desde la modificación sustancial e imprevistas de las condiciones macroeconómicas.
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Durante una reunión realizada en enero pasado, en la ciudad de Posadas, entre representantes de la contratista con autoridades de la EBY de Paraguay y Argentina, se manifestó que las obras civiles, paralizadas por decisión unilateral del consorcio adjudicatario, debían ser reanudadas inmediatamente. Incluso se advirtió que, de no cumplirse esa instrucción , el contrato podría quedar rescindido por motivos imputables a la propia contratista.
Pueden dañarse equipos
Recientemente, el consejero paraguayo de la binacional, Ing. Ángel María Recalde, señaló que los equipos que ya fueron entregados a la entidad para la Central Aña Cua corren el riesgo de dañarse porque se encontraban a la intemperie. Añadía que los equipos pueden estar al descubierto por cierto tiempo, pero no demasiado.
Debido a que el gobierno de Javier Milei sigue sin designar a los consejeros argentinos de la EBY, no puede conformarse el Consejo de Administración y, por ende, hay temas que no pueden autorizar, entre ellos la construcción del galpón donde puedan resguardar los equipos ya entregados a la EBY para la Central Aña Cuá.
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“Los equipos son proveídos con protección, por lo que pueden permanecer a la intemperie cierto tiempo, pero no por mucho. Ante la paralización de las obras civiles, es importante resguardar los equipos”, había advertido el actual consejero y exdirector de Yacyretá.
Inversión y avance
La construcción de la Central del brazo Aña Cuá, que tiene previsto instalar tres turbinas tipo Kaplan, iba a requerir una inversión inicial de unos US$ 350 millones. Hasta octubre del año pasado, la obra tenía un avance del 37%. Destacaban que en operación permitiría generar un 10% más de energía para Yacyretá.