El presidente del Inbio, Ing. Agr. Alfred Fast, destacó el trabajo que vienen desarrollando dentro del Programa de Mejoramiento de Soja, en su nuevo local ubicado en Encarnación. “Estamos teniendo varios objetivos, y queremos mostrar a la gente cómo es el proceso de selección y creación de los materiales genéticos, mientras que, por otro lado, también están nuestros materiales comerciales de Sojapar que ya los tenemos en el mercado”, indicó Fast.
“Estamos trabajando con unas 6.000 líneas diferentes de soja, y entre ellas están las que tienen el gen HB4 que le da cierta resistencia al estrés hídrico, y nuestro objetivo es que en unos años más podamos ofrecer a los productores esta tecnología. Por otro lado, tenemos nuestras variedades que son resistentes a roya de la soja y ahora estamos trabajando en lo que es apilar resistencia en las plantas, o sea, que tenga varios genes que puedan tolerar a la enfermedad de la roya si esta llega a mutar”.
“En 2004 empezó el tema biotecnología en Paraguay”
“Los antecedentes del tema biotecnología arrancan allá por el 2004, cuando todo el mundo hablaba de si los OGM (Organismos Genéticamente Modificados) eran buenos o malos y, tenemos que decirlo, en Paraguay la biotecnología entró un poco por la ventana. Los dueños de las tecnologías querían cobrar sus regalías, pero estaba el temor de que al llegar a los puertos no sean reconocidos y, a partir de ahí, se establecieron negociaciones duras, pero se llegó a un acuerdo. Éramos 6 gremios y después se crea el Inbio para interactuar dentro de esto, y a la vez avanzar con todo lo que es investigación, desarrollo y promoción del sector. En este centro se seguirá trabajando con trigo, avanzaremos con el tema maíz, y posiblemente con abonos verdes”, señalo Héctor Cristaldo, vicepresidente del Inbio.
Cavazzutti: “30 hectáreas para la investigación”
“El Inbio nació para hacer trabajos e investigaciones agrícolas y de biotecnología y creemos que es fundamental por el potencial que tiene Paraguay. Estamos convencidos de que podemos producir mucho más y eso vendrá gracias a la investigación. Tenemos que trabajar juntos el sector público y el privado. Este predio tiene 30 hectáreas en total, en dos parcelas (10 y 20 ha), por un lado será todo lo que es investigación y campo experimental, y por el otro todo lo que es oficina, laboratorio, depósito y todo lo que se necesite para que el centro funcione”, confirmó Simona Cavazzutti, tesorera del Inbio.
Estela Ojeda: “Primer día de campo, en casa propia”
“Empezamos a dar pasos de a poco, y los logros nos impulsaron a seguir adelante, y con Inbio sucedió esto; en el 2010 trabajamos con Ipta y el mejoramiento de soja, en 2016 se lanza la primera variedad Sojapar de ese acuerdo; luego el Inbio asume el compromiso de hacer llegar a los productores tanto a nivel nacional, así como también a Bolivia (ya estamos vendiendo), Brasil y Uruguay. En el año 2018, iniciamos el programa de mejoramiento propio del Inbio alquilando instalaciones en Cetapar, pero en 2020, con el Ing. Aníbal Morel armamos un proyecto para tener nuestro propio centro de investigación, tener una propiedad, y esto se concreto en 2023. Ya tenemos casa propia y realizamos allí nuestra primera jornada de campo”, expuso Estela Ojeda, gerente general del Inbio.