El grueso de la cosecha de soja en la Región Oriental de nuestro país está en marcha, y se estima que estaría actualmente en un 50 por ciento aproximadamente en general. “Para nosotros es muy importante poder dar a conocer este trabajo en donde combinamos estrategias de manejo y aplicación de tecnologías, que estamos desarrollando en esta unidad, en el distrito de Yguazú, Alto Paraná”, señaló Zanchet
Recuperación de suelo
“Desde hace cuatro años empezamos a trabajar en esta área de 25 hectáreas con lo que es la agricultura regenerativa, donde encontramos un suelo compactado, con necesidades nutricionales y gran presencia de malezas. Luego de la cosecha de soja empezamos a trabajar con la asociación de abonos verdes (brachiaria, milleto, nabo, crotalaria, etec), y tuvimos que pasar dos zafras de invierno haciendo cobertura de calidad para recuperar el suelo, y también realizamos correcciones de suelo con agricultura de precisión en las zonas menos productivas”, explicó el profesional.
Semillas certificadas y tratamiento con biológicos
Luego de realizar todas las correcciones de suelo, el ingeniero Zanchet explicó que empezó la siguiente etapa. “Una vez corregido y recuperado el suelo, el punto fundamental es elegir semillas certificadas, con alto poder germinativo, luego un buen tratamiento de semillas, en nuestro caso no utilizamos fungicidas en la semilla, pero sí una combinación de productos biológicos con microorganismos para defensa contra enfermedades y nematodos del suelo, desarrollo de micorrizas y buen arranque de la semilla”.
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Control de enfermedades
“También fue importante el buen manejo de las malezas en pre y pos emergencia de la soja para que no tenga competencia. A partir de esto, ya empezamos con el manejo sanitario de la soja, a los 20 a 25 días empezamos controlando las enfermedades con productos biológicos, algún fungicida y un multisitio, en donde utilizamos una triple mezcla de bacterias para favorecer al suelo y proteger a las plantas principalmente en hojas bajeras para empezar; a esto le sumamos la buena nutrición de la parte foliar que se traduce en una mayor fotosíntesis”, confirmó.
Biológico con insecticidas
“A los 35 a 40 días empezamos las aplicaciones de biológicos (beauveria bassiana y metarhizium) con insecticidas por la presión de chinche que fue alta y logramos controlar muy bien el problema. Esto fue acompañado con un buen coadyuvante que dio una gran mano para aprovechar al máximo las gotas y la adherencia gracias a los tensoactivos que tienen. Con este manejo estamos convencidos que poco a poco el productor utilizará menos productos químicos con el tiempo”, dijo el ingeniero.
Lograr el mismo rendimiento en todo el campo
“Creo que más allá del rendimiento que estamos obteniendo en esta campaña que supera los 5.200 kilos por hectárea de soja (hay parcelas donde se obtienen más); lo importante es el promedio, ya que en la campaña anterior había áreas del campo que dieron 5.000 kilos y otras que dieron 3.000 kilos. Sin embargo, este año logramos lo que estábamos buscando, que es llegar a que las áreas de menor promedio aumenten, o sea, que alcancen a las zonas que siempre dan un buen promedio y equilibrar la áreas”, confirmó nuestro entrevistado.
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No más pisadas de pulverizadoras
En lo referente al uso de drones para la aplicación de productos, el ingeniero explicó. “Realmente hemos logrado muchas ventajas al utilizar los drones para la aplicación de productos, pero quiero destacar primero un punto que tiene que ver con las pisadas de las pulverizadoras, que ya no tenemos en este campo y que nos quita entre 5 a 7 por ciento de posibilidad de sembrar, además, en los bordes teníamos problemas de erosión y malezas, que hoy ya no tenemos, ya que el suelo ya no debe resistir el peso de la maquinaria”.
El dron no es una moda
“Esto no es una moda, hay mucha tecnología y ventajas detrás del uso de drones en la aplicación, por ejemplo la enorme disminución en el uso de agua que sería prácticamente 10 veces menos, o sea, en vez de usar 100 litros por hectárea, solo usamos 10 litros por dar número redondo; también está el ahorro en combustible; por ejemplo, se usa 1 litro de nafta para el generador que carga las baterías, para cubrir 4 hectáreas de cultivo; hoy el dron es un implemento agrícola que ahorra dinero, tiempo y mantiene su eficiencia”, finalizó.