El crecimiento de esta tasa, vigorosa sin dudas, está en consonancia con el ritmo que exhibió el Producto Interno Bruto (PIB) en los dos primeros trimestres del presente ejercicio (5,4%) o, mejor aún, fue una de sus principales fuerzas impulsoras.
De enero a setiembre, el Sistema Interconectado de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) consumió 15.787.457 MWh (1 MWh = 1000 KWh), en tanto que en que 2022 demandó 14.437.830 MWh.
Debe apuntarse también que la tasa de referencia incorpora una pequeña cantidad que la empresa estatal exporta a la Argentina, así como las pérdidas eléctricas, que en el 2022 rondaban el 26%, es decir pierde 26 MWh por cada 100 MWh que inyecta a su sistema.
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En setiembre último, mes en que la ANDE aumentó en un 211% respecto a setiembre de 2022, la energía que retiró de Yacyretá, Itaipú abasteció al SI 1.813.824 MWh, 7,4% superior a la que entregó en agosto de este año y 35,45% más respecto de la que proveyó en setiembre de 2022.
Centra paraguayo/brasileña cubrió el 88% de la demanda local
En lapso en cuestión, enero/setiembre del presente año, si tratamos de dimensionar la importancia de las fuentes en las que hoy abreva el sistema eléctrico paraguayo, concluiremos que su dependencia de Itaipú, pese a los arrebatos publicitarios del actual gobierno de setiembre último.
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En este tramo de 2023, Itaipú atendió el 88,33% de la demanda del sistema, Yacyretá el 8% y la pequeña central de la ANDE, Acaray, sostuvo el restante 3,6% de nuestra demanda.