El 19 de abril de este año, luego de casi cuatro meses de controversias entre directores y consejeros paraguayos de la Entidad Einacional Itaipú e inclusive de un cambio de gobierno, los informes oficiales daban cuenta del logro de un acuerdo, que consistía en definir la tarifa 2023 de Itaipú en US$ 16,71/KWmes.
Era la salida intermedia entre la posición paraguaya de mantener ese nivel tarifario en US$ 20,75/KWmes y la brasileña, que pretendía que fuese el reflejo exacto del Costo del Servicio de Electricidad de Itaipú, o sea, US$ 12,67/KWmes.
Recordemos, la entidad binacional, el 28 de febrero de este año, había pagado la última cuota de su deuda, que alcanzó la friolera de US$ 63.300 millones, luego, esa carga, la más pesada, desaparecía de su canasta de costos.
“El reciente acuerdo tarifario de Itaipú permite (a su gobierno) contar con recursos adicionales como nunca antes, por un monto de US$ 409 millones, 1% del PIB”, enfatizada el mandatario saliente en su intento por justificar la opción de su gobierno por esta salida.
Ingreso adicional, gracias a la imposición de un costo adicional
Los US$ 409 millones a los que aludía Mario Abdo Benítez, son una suerte de lucro político, transitorio, que decidieron su gobierno y del su par brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, porque con eta fórmula imponen al usuario de la energía una carga adicional, por encima del costo de producción de Itaipú.
La opción por las puertas intermedias en la binacional no es un capricho pasajero del gobierno abdista, así lo demostró su líder cuando añadió que “con este precedente se sentaron las bases para que el Estado paraguayo cuente con otros ingresos para llevar adelante grandes inversiones. Si se sostiene el acuerdo tarifario, el próximo gobierno tendrá más de US$ 2.000 millones en los próximos cinco años”, añadió. Una seductora recomendación a su sucesor Santiago Peña, para recoja la posta.
La coherencia del presidente saliente apuntada en la apertura de este material queda patente la añadirse que esta “estrategia” data inclusive del 2021, año en que su Equipo Negociador recomendaba, como la salida más conveniente para el Paraguay “determinar una tarifa intermedia, que resulta atractiva, accesible y con beneficios para ambas Altas Partes Contratantes, contemplando “nuevos componentes” en el Costo de Servicio de Electricidad.
Por consiguiente, las aspiraciones ciudadanas paraguayas, como la plena disponibilidad de nuestra energía y el Justo precio quedarán relegadas pora las próximas calendas griegas.