El exministro de Hacienda, Dionisio Borda, sostiene que los desafíos en materia económica del gobierno electo son muchas y complejas, ya que el país está viviendo una situación similar a la enfrentada en 2003 (cuando el país cayó en cesación de pago) pero con una magnitud mayor.
Agregó que actualmente cargamos con el desprestigio internacional por negocios turbios e ilegales, así como por las fuertes sanciones financieras a figuras relevantes del país, como el expresidente Horacio Cartes, hechos que complican la situación en medio de un panorama externo con incertidumbre.
Explicó que se arrastran las consecuencias de tres años de recesión económica, que dejó secuelas cuya superación exigen tiempo, por ejemplo, el aumento de la informalidad, pérdida del poder adquisitivo de los pobres, con salarios muy por debajo del mínimo legal, pérdida de empleos, endeudamiento para enfrentar la pandemia y enfermedades virales, deserción escolar y búsquedas de empleo de los jóvenes.
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Borda indicó que el crecimiento económico se puede recuperar si el clima y el mercado internacional permiten, pero ese resultado se concentra en pocos rubros y beneficia a pocas personas, por lo que la economía no debe desacoplarse de la gente. “El reto es doble: crecimiento y distribución”, enfatizó.
En cuanto a las finanzas públicas y la política fiscal, señaló que el nivel de deuda llegó al límite peligroso (37% del PIB), en franco aumento en los próximos años, más las deudas contingentes en crecimiento (deudas con proveedores, contratistas).
Déficit fiscal continuo
Se suma el déficit contínuo, con posible convergencia al 1,5% para el 2024, y la Caja Fiscal con un déficit operativo alarmante, que necesita urgente reforma paramétrica. También se aguarda la reforma del servicio civil y la creación de la Superintendencia de Pensiones.
“Es cierto, se tiene que mejorar la calidad del gasto y la eficiencia, pero esos eventuales ahorros son insuficientes para financiar una catarata de gastos en salud, educación, provisión de agua y saneamiento, que requieren aumentar sustancialmente la asignación. Se requiere como mínimo duplicarla”, advirtió.
“Da vergüenza que nuestro país tenga una presión tributaria de alrededor del 10% del PIB. El FMI, que no es de izquierda, propone aumentar las tasas y lograr una mayor progresividad, o sea, los contribuyentes con mayores ingresos y capital deben aportar más, con tasas progresivas por tramos de ingreso, como ocurre en todos los países”, afirmó.
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Con relación a las reformas prioritarias que deben ser encaradas, citó en primer lugar a la Caja Fiscal y la creación de la Superintendencia de Pensiones; luego el ahorro fiscal con la mejora de la eficiencia del gasto y control de la corrupción en las compras públicas; lograr un mayor ingreso tributario, enfocarse en el área social, salvaguardarse de la crisis climática y cumplir los Objetivos de Desarrollo Social (ODS).
Borda indicó que Paraguay también debe negociar con Brasil después de 50 años el Tratado de Itaipú, principalmente el anexo C, que se espera sea en condiciones más favorables.
Déficit fiscal e inversión en infraestructura
Por su parte, el también exministro de Hacienda, Manuel Ferreira, considera que entre los desafíos que tiene el gobierno electo es cubrir el déficit fiscal, generar un nuevo sistema para que el sector privado invierta en obras públicas y crear programas para evitar que la gente vuelva a caer en la pobreza.
A su criterio, el déficit está muy concentrado en lo que es la Caja Fiscal, por lo que se deberá determinar las posibilidades de su reforma y, en ese sentido, mencionó también el sistema jubilatorio, ya que nuestro país tiene muy poca gente con jubilación. “Eso de tener muy poca gente con jubilación hace que la situación de esa gente, cuando llega a adulto, sea problemática y genere costos al Estado”, añadió.
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Otro punto que desatacó se relaciona con la necesidad de seguir invirtiendo en infraestructura , que se viene haciendo con deuda, pero el Estado está llegando a su tope por lo que se debe ver la manera de atraer capital privado para invertir en obras públicas. Dijo que la necesidad del país está por encima de los US$ 30.000 millones en todo lo que sea transporte, agua, electricidad y otros sectores.
“El Estado ya está llegando a su límite con este modelo que tenemos, este modelo de endeudamiento va a ser muy marginal ya en los próximos años. Hay que generar mayor participación privada en inversiones públicas, creo que es la única solución”, indicó.
Atraer las inversión privada
Ferreira resaltó que se debe atraer todo lo que sea inversión internacional, ya que por esta vía se puede crecer mucho, sobre todo lo vinculado a la electricidad, obras públicas en general y también en negocios agropecuarios, entre otros. En este punto, dijo que la estabilidad económica ha sido el valor más importante, pero que indicó que debe avanzarse también en todo lo conceniente a la seguridad jurídica.
Alertó acerca del aumento de la pobreza extrema en más de 130.000 personas, como resultado de todo lo que pasó durante la pandemia con la inflación. “Entonces creo que hay que empujar también el crecimiento del país por otro lado, sobre todo a través de inversiones privadas”, agregó.
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En ese contexto mencionó que el Paraguay logró sacar a mucha gente de la pobreza, pero que debe generarse programas para conseguir que no vuelvan a caer en los niveles de pobreza. “Hemos tenido programas como Tekoporá y Adultos Mayores para ayudar a los pobres, pero nunca programas para que la gente no vuelva a caer en esos niveles”, insistió.
Apuntó asimismo la necesidad de tener un esquema de salud, tercerizado de alguna manera, y que le permita a la gente que cubrir los costos de su propia salud o, al menos, no a través del Instituto de Previsión Social (IPS) necesariamente, sino mediante un sistema que no porvenga solo del Estado.
Definir prioridades será clave
El empresario Beltrán Macchi, a su vez, destacó la participación ciudadana en las elecciones y que siempre se debe evaluar el proceso, ya que siempre hay algo que mejorar.
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Dijo que la diversidad en la representación parlamentaria, por un lado, es buena y por elotro va a exigir un esfuerzo importante para un desempeño fluido de la tarea parlamentaria.
“La definición de las prioridades va a ser clave por las promesas electorales y la urgencia de las necesidades de la ciudadanía”, afirmó.