Visto que el Tratado de Itaipú está vigente desde el 13 de agosto de 1973 y que una de las condiciones para su revisión es que complete 50 años de vigencia, el redactor del material arranca con esta conclusión: “el próximo presidente de Paraguay tendrá la tarea de renegociar las normas que definen la tarifa de la energía que produce la hidroeléctrica”.
El domingo 30 de abril de 2023, el Paraguay elige a sus autoridades y el postulante que emerja como ganador asumirá el cargo el 15 de agosto próximo, razón por la cual las autoridades brasileñas decidieron esperar que el elegido asuma sus funciones el 15 de agosto venidero para reiniciar las tratativas concernientes al Tratado de Itaipú.
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En el material informativo que incluye Folha de São Paulo en su edición del miércoles último se lee también que “el Tratado ... cumple 50 años en 2023 y que una parte del mismo, el Anexo C, debe ser revisado”.
En rigor, también sobre esta rígida conclusión, en nuestro país se desató un fuerte debate. En el Sector Energía se reitera que “la revisión” no debe limitarse a las disposiciones del Anexo C del Tratado (bases financieras y de prestación de los servicios de electricidad de la Itaipú), sino que incorpore la suma de obstáculos que impiden al Paraguay disponer plenamente de su energía en Itaipú y que termine la injusta cesión de su aún enorme excedente al Brasil a cambio de una “compensación” que más bien se asemeja a una propina.
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El excedente paraguayo en Itaipú se vende al Brasil, sostienen
Tal vez sea esa la razón por la cual el redactor del material que publicó Folha haya sugerido que en las elecciones de mañana se definirá el futuro del Tratado.
Añade la publicación que en el presente “todo lo generado ... es dividido 50-50, pero Paraguay no consume toda su parte, lo que genera un excedente que es vendido a Brasil, sin generar ganancias al Paraguay”. Recordemos que la simple operación comercial de compra-venta nunca rigió en los 38 años de producción de la central binacional, que la “cesión” sustituyó a la venta y la “compensación”, al “justo precio” o de mercado.
En esos 38 años, Paraguay cedió el 82,1% de su energía a cambio de una compensación que, en promedio, alcanzó apenas los US$ 4,14/MWh.
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Folha agrega que en la antesala de las negociaciones “hay una fuerte narrativa en nuestro país contra lo que llaman subimperialismo brasileño”.