La misión técnica del FMI, que el último martes finalizó la primera revisión del acuerdo de “Instrumento de Coordinación de Políticas (PCI)” firmado con el gobierno paraguayo, hizo hincapié en la necesidad de que se cumpla el plan de convergencia que se viene aplicando desde 2021.
El jefe de la misión técnica, Mauricio Villafuerte, señaló en conferencia de prensa que esperan que Paraguay finalice este año con un déficit de 2,3% del producto interno bruto (PIB).
Además, instó a la autoridades paraguayas a seguir reduciendo el saldo rojo para cumplir con la Ley N° 5098 de Responsabilidad Fiscal, que establece como tope de déficit fiscal 1,5% del PIB.
Lea más: FMI espera continuidad de los planes de reformas tras cambio de Gobierno
Villafuerte afirmó que Paraguay necesita reconstruir los colchones fiscales y preservar la resiliencia ante choques futuros y por ello, insistió en que las autoridades deben mantener su mirada enfocada en reducir el déficit en el 2024 para cumplir con la referida ley.
Los niveles de déficit empezaron a aumentar en 2019 con la crisis económica generada por la sequía que afectó la producción agrícola, cerrando en 2,8%; al año siguiente se disparó a 6,1% por los bonos emitidos y préstamos contratados para hacer frente a la pandemia por covid-19.
Lea más: FMI sostiene que hay argumentos válidos para subir impuestos
En tanto, en 2021 empezó el proceso de reducción a 3,6% y el año pasado a 3%, como parte del plan de convergencia que prevé para este año 2,3% y para el próximo a 1,5% del PIB.
El Ministerio de Hacienda en su informe de situación financiera al mes de marzo, señala que el déficit representa 1,1% del PIB (US$ 464,2 millones), pero el anualizado subió a 3,2%, muy por encima aún del tope fijado para fin de año.
Reponer las reservas fiscales
El Fondo en su informe del año pasado indica que Paraguay busca mejorar su margen de maniobra para la aplicación de políticas, a fin de hacer frente a shocks adversos externos cada vez más recurrentes.
“Como los shocks recientes han mermado las reservas fiscales (la deuda pública ha aumentado de 22% del PIB en 2018 a cerca de 40% en la actualidad), las autoridades han asumido el compromiso de converger hacia el tope máximo de déficit fiscal de 1,5% del PIB en 2024 para reponer las reservas fiscales y garantizar la sostenibilidad fiscal hacia adelante.
“Esto se logrará mediante el aumento de los ingresos tributarios, en parte gracias a la reforma tributaria de 2019, y una contención del gasto salarial y en bienes y servicios”, añade el informe.
Sostiene que a pesar de fuertes necesidades de inversión, la inversión pública como proporción del PIB disminuiría temporalmente en 2022–2024, lo que indica no es ideal pero debe considerarse en el contexto de los niveles de gasto relativamente elevados de los tres últimos años, debidos a las respuestas de políticas frente a los recientes shocks externos.
El organismo internacional expresa que conforme a la trayectoria de consolidación fiscal, en el marco del acuerdo del PCI firmado con Paraguay se incluye topes máximos cuantitativos sobre el déficit fiscal y, a fin de proteger la inversión, sobre el gasto corriente primario.