Néstor Zarza, presidente de Avipar, aseguró que ,según sus estimaciones, basadas en los antecedentes del aumento de precios de los huevos cada año en las vísperas de la semana santa, los precios de este importantísimo producto de la canasta básica, volverían a la normalidad luego de estas festividades religiosas.
Zarza señaló que la última suba del precio fue realizada el pasado 10 de marzo y que calculan que ya no sufra aumentos en lo que quede de la previa de la semana santa.
Recalcó que desde el sector avícola no existe disminución de la oferta, sino más bien un natural aumento de la demanda del producto, fruto de la llegada de estas fechas especiales que tradicionalmente provoca este fenómeno. Una vez finalizada la semana santa, podría bajar al rededor del 10% de su precio.
Señaló que el sector está cubriendo la demanda con la producción diaria, sin que hasta ahora hayan sufrido ningún tipo de desabastecimiento.
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Aumento de costos provocó el cambio de rubro de pequeños productores
Zarza reconoció que el producto se encareció en los últimos meses a consecuencia del aumento de los precios de los alimentos, fenómeno que afecto a otros rubros de la producción, y que a su vez, ha generado que muchos pequeños productores no puedan competir con el sector industrial y busquen otros rubros.
Señaló que los alimentos aumentaron en los últimos meses más del 100% de los costos que tenían antes de la pandemia.
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Amenaza de la gripe aviar también aumentó los costos
Otro fenómeno que tiene en vilo al sector y por el cual han realizado grandes inversiones, asegura Zarza, es el ingreso a la región de la gripe aviar, que significa otro gran golpe a los pequeños productores de gallinas caseras, debido al alto costo que tiene mantener las condiciones de bioseguridad necesarias para evitar el contagio.
En ese sentido, Zarza aseguró que incluso la recomendación de los organismos de salud animal es que las industrias absorban la producción avícola casera, dada la mayor facilidad para sostener esas medidas de seguridad, y disminuir así la posibilidad del contagio que es mayor en las granjas tradicionales.
Zarza contó que el impacto que tiene esta enfermedad, cuyo tratamiento aún no existe, es importantísimo, teniendo en cuenta que la única forma de cortar el contagio es el sacrificio de los animales infectados y aquellos que hayan estado expuestos.
Así mismo, lo importante es encontrar el foco de contagio, que en la mayoría de los casos - entre un 90 a un 95%- viene de gallinas caseras criadas en los alrededores de las industrias.
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Medidas de bioseguridad extremas
Las medidas de bioseguridad que hoy son exigidas a las industrias van desde el ingreso de vehículos, del personal, la desinfección de los uniformes, y la desinfección constante de todos los elementos de trabajo, etc.
Zarza contó que las medidas de seguridad que ya venían manejando anteriormente, hoy se ven aún más reforzadas, principalmente para aquellos que tienen galpones abiertos, a los que se colocan mallas anti pájaros, que mantienen a otras aves alejadas de las gallinas.
En caso de la detección de un contagio, se suspende toda salida de productos de las industrias lo que evita la dispersión de la enfermedad.
Así mismo, destacó que de todas maneras, el contagio a humanos es muy poco frecuente y no tiene las mismas consecuencias que producen en las aves.
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