Desastre que dejó Mota Engil con el fallido metrobús aún afecta a frentistas

El desastre que dejó la empresa portuguesa Mota Engil en la zona del fallido metrobús afecta a los frentistas hasta hoy. Sus voceros lamentaron que la firma extranjera pretenda cobrar otros US$ 35 millones al Estado mediante un arbitraje internacional. Alegan que la compañía ni siquiera tenía máquinas para ejecutar la obra.

La avenida se llena de agua cuando llueve ante la falta de desagües. El MOPC no tiene plan de mejoras.FERNANDO ROMERO
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A casi cinco años de suspenderse los trabajos del fracasado metrobús, los daños que dejó la empresa portuguesa Mota Engil en la ruta Mariscal Estigarribia siguen presentes en el día a día de los frentistas, quienes a pesar de todo no reciben ningún proyecto de solución del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).

Grandes pozos en las veredas, hundimientos y baches en el asfalto, cloaca al aire libre e inundaciones con cada lluvia debido a la falta de desagües forman parte del suplicio diario de los comerciantes de la avenida. Por esa razón lamentan que, pese a que la empresa extranjera ni máquinas tenía para ejecutar los trabajos, ahora quiera cobrar US$ 35 millones más al Estado.

El arbitraje internacional del fracasado metrobús ya está en autos para sentencia, por lo que ya corresponde al tribunal definir si corresponde el millonario pago que reclamó Mota Engil o no en una demanda contra el MOPC.

“Y a lo mejor hasta le dan la razón a Mota Engil y le pagan nuevamente lo que pide. Total ya hubo mucho robo en esta obra. Pero para los afectados directos, los frentistas, es como si no hubiese pasado el tiempo y seguimos con el desastre que acá se dejó, una obra inconclusa y peligrosa”, manifestó Gladys Mancuello, una de las comerciantes de la zona.

En estas condiciones están las veredas que construyó Mota Engil.

No tienen recursos para demandar a Mota Engil, al MOPC y al BID por los daños

Mancuello resaltó que si los trabajadores tenían la espalda financiera del Estado, como por ejemplo para contratar a una consultora francesa, como hizo el MOPC para defenderse en el arbitraje, también iban a demandar al Estado, a Mota Engil y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), todos cómplices en la estafa mayor que ocurrió en la era democrática.

“Lastimosamente no tenemos esa espalda financiera, porque si teníamos recursos íbamos a demandar a todos. Pero no tenemos la plata y tenemos que seguir trabajando para sobrevivir. Acá ni los locales ya se alquilan porque no se sabe qué se hará en el futuro”, lamentó.

A su turno, Nelson Escobar, otro comerciante de la zona, mencionó que esperan que en el arbitraje se haga justicia. “Es Mota Engil la que tiene que pagar por los daños. Con todo lo que cobraron y no hicieron nada, lo poco que hicieron de nada sirve. Ojalá que la justicia internacional sea justa, porque la justicia de acá nunca actuó. Lo que pretende Mota Engil es ‘sinvergüencería’, porque la empresa como tal es una estafa, porque ni máquina tenía. Son ellos los que tienen que indemnizar a los perjudicados”, enfatizó.

Enorme pozo en una de las veredas que construyó Mota Engil.

Mota ya cobró US$ 30 millones y quiere US$ 35 millones más

El MOPC ya pagó más de US$ 30 millones a la portuguesa Mota Engil, firma que avanzó apenas cerca del 30% de lo proyectado en el proyecto metrobús. A esta firma le adjudicaron los tramos 2 y 3 (12 km de la ruta Mariscal Estigarribia y avenida Eusebio Ayala) por US$ 54 millones, en febrero de 2016, pero se incrementó 35% con una adenda, llegando a US$ 72,7 millones.

En octubre de 2018, Mota abandonó las obras y en diciembre del 2019 notificó al MOPC de la demanda en un arbitraje internacional. En principio reclamó US$ 25 millones en el juicio, monto que ahora aumentó a US$ 35 millones, según los datos del MOPC y de la Procuraduría.

Los números del metrobús

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