Según la fuente de referencia, la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) exportó al sistema argentino 106.073 MWh (1 MWh = 1000 KWh), 41.712 MWh menos que en 2021.
La distinción entre energía eléctrica realmente exportada y cesión de energía en Itaipú y Yacyretá tiene el propósito de evitar confusiones sobre estas actividades del país.
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Solo la venta de una parte de la producción de Acaray a la Argentina, que el viceministerio publica cada mes, se adecua la definición ortodoxa de exportación. No así la controvertida “cesión de energía” en las binacionales, definiciones que con frecuencia mezclan los gobiernos de turno de nuestro país al publicitarnos como el “mayor exportador de energía limpia del planeta”.
En el caso de la genuina exportación, la ANDE acordó con su compradora argentina una tarifa superior a los US$ 100/MWh, en tanto que la pretendida “compensación por cesión de energía” en la binacionales apenas araña los US$ 10/MWh.
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¿Por qué Paraguay no exporta su excedente en Itaipú y Yacyretá?
¿Por qué el Paraguay no exporta al Brasil y la Argentina su excedente en Itaipú y Yacyretá? En principio, según la explicación que recibimos, los tratados no permiten las exportación de su energía a un tercer país. Una interpretación que carece de asideros firmes en los respectivos tratados y, además, porque está demostrado que la Argentina vende energía de Yacyretá al Brasil. y, según técnicos del sector Energía de nuestro país están convencidos de que también Brasil exporta la energía de Itaipú.
Además, ese hecho explicaría la preferencia argentina por el excedente paraguayo en Yacyretá en desmedro de la energía de Acaray. Le resulta mucho más barata la que consigue en Yacyretá.
Insistamos, la tarifa de exportación de la energía de Acaray a la Argentina oscila entre US$ 100 y US$ 135 por cada MWh, mientras que la de Itaipú, según las remesas del 2022, ronda apenas los US$ 11 por esta unidad. La “compensación” argentina, históricamente, apenas excede los US$ 8/MWh, ventaja argentina que mejora considerablemente con su consuetidinaria morosidad y la estridente ausencia de una tasa que penalice esa actitud, tal como se acuerda en cualquier contrato comercial o financiero.
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La verdadera exportación paraguaya de este rubro, en 2022 descendió a profundidades pocas veces vistas, en octubre, por ejemplo, se precipitó a 1.593 MWh contra 11.989 MW del mismo mes de 2021. Apuntemos también que la exportación real del año pasado fue apenas el 0,53% de todo lo que consumió el sistema paraguayo el año pasado.