El secretario de Estado dijo ayer que la preocupación se centra en que se aprobaron gastos por encima de lo que se puede financiar, principalmente gastos corrientes que terminan quitando margen de maniobras al fisco.
Sostuvo que lo aprobado por los diputados se suma a lo que había recomendado la Comisión Bicameral de Presupuesto del Congreso, donde ya se incorporaron gastos rígidos y aumentado ingresos por encima de lo que Hacienda estima recaudar.
El ministro explicó que son más de G. 100.000 millones de aumento de los ingresos en la bicameral, lo que implica que el proyecto de presupuesto está desfinanciado en este monto. Entiendo que las decisiones tomadas por Diputados también deberían estar sustentadas en aumento de ingresos, para compensar esos mayores gastos”, afirmó.
Adelantó que si esto no se revierte, el próximo año se tendrá problemas en la ejecución del presupuesto, teniendo en cuenta que al ser gastos rígidos muchos otros programas quedarán sin financiamiento, lo que podría impactar en los programa sociales.
“Si uno mira el global obviamente que no es mucho, pero como son gastos rígidos quedan para siempre, no solo impactará en el presupuesto del próximo año, sino para siempre y dada la rigidez que tiene el presupuesto esto le quitará más margen de maniobras al fisco”, explicó.
Con respecto a la posibilidad de aplicar un veto en caso de que se sancionen los aumentos, el ministro expresó que irán agotando las instancias para revertir esta situación, queda ahora el Senado y en caso de que no se logre, evaluarán las distintas alternativas existentes para recomendar al Presidente de la República, Mario Abdo Benítez, que pueden ser veto total, parcial o aplicar las herramientas disponibles como el plan financiero y el plan de caja.