El Tratado de Itaipú, en la segunda parte de su Art. XIII, establece que Brasil adquirirá la energía que no sea utilizada por nuestro país “para su propio consumo”.
Claro, prescindiendo del confuso estilo de redacción de los textos diplomáticos, que en rigor, siempre favoreció a nuestro socio por partes iguales de la entidad binacional.
El artículo en cuestión, luego de consagrar que la “energía producida por el aprovechamiento ... será dividida en partes iguales entre los dos países, en el estilo de marras señala que reconoce “a cada uno de ellos el derecho de adquisición ... de la energía que no sea utilizada por el otro país para su propio consumo”.
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La experiencia acumulada en los 38 años de producción de Itaipú, inclusive antes de que firmasen el tratado, sus negociadores y la mayoría stronista del Legislativo que lo aprobó, sabía que el Paraguay, el pequeño socio, con un mercado muy restringido, por ende con escasa demanda de energía, sería el que trastabillaría, durante muchos años, debajo del peso de un enorme excedente y que sería Brasil el gran beneficiario del derecho de adquirir de ese excedente.
La brusca transformación de venta a “cesión”
Apenas dos artículos después, en el XV,3°, el concepto “adquisición”, sinónimo de compra, experimentaba una brusca transformación, porque esa operación no sería pagada, tal como ocurre en el más simple de los mercados de servicios, sino “compensada”.
Para que la concesión graciosa de la dictadura paraguaya sea total, esa “compensación” fue descargada sobre el costo del servicio de Itaipú, una arbitrariedad que pudo corregirse en 1986 gracias a los insistentes reclamos provenientes, principalmente, del campo de la oposición a la dictadura.
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Si dividimos la suma que recibió nuestro país en concepto de compensación por la cantidad que aprovechó Eletrobras bajo el opaco manto de la cesión de energía entre 1989, año del que datan las primeras remesas al Paraguay desde Itaipú, hasta junio de este año, comprobaremos que el promedio que nos pagaron fue de apenas US$ 4,13 por MWh, sobre el costo de Itaipú.