Uno de los aspectos más fascinantes de estos megalitos es su relación con las alineaciones astronómicas, suscitando diversas teorías sobre el conocimiento astronómico y las prácticas culturales de quienes los construyeron.
¿Qué son los megalitos?
Los megalitos son grandes estructuras hechas de piedra sin usar mortero ni cemento. Se originan principalmente en el periodo Neolítico y la Edad de Bronce y se encuentran distribuidos en diferentes partes del mundo, desde Europa hasta Asia y América.
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Están presentes en diversas formas: dólmenes, menhires, crómlechs y alineaciones pétreas, cada uno con características y funciones específicas.
Los dólmenes consisten en varias piedras verticales que sostienen una losa superior horizontal. Se cree que muchas de estas estructuras sirvieron como cámaras funerarias.
Los menhires son piedras verticales solitarias, que en ocasiones forman parte de complejos más grandes.
Los crómlechs son círculos de piedras. El más famoso es Stonehenge, en Inglaterra.
Y las alineaciones consisten en filas de piedras que pueden extenderse por varios kilómetros. Un ejemplo destacado es el de Carnac en Francia.
Alineaciones astronómicas
La fascinación por las estrellas y sus ciclos ha sido un elemento constante en las culturas humanas. Los megalitos a menudo presentan alineaciones con eventos celestes específicos, como solsticios, equinoccios y posiciones de cuerpos celestes.
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Esto sugiere que estas estructuras no solo tenían una función arquitectónica o ritual, sino también una función astronómica.
Stonehenge y su conexión con el cielo
Stonehenge es quizá el ejemplo más célebre de un megalito asociado a fenómenos astronómicos.
Las piedras están dispuestas de tal manera que durante el solsticio de verano, el sol sale por encima de la piedra Heel y sus rayos alcanzan el centro del monumento.
Esto indica un profundo conocimiento del movimiento solar y ha llevado a muchos a especular sobre su propósito, sugiriendo que podría haber servido como un calendario o espacio ritual.
El misterioso Carnac en Francia
En Carnac, en el noroeste de Francia, se encuentran miles de piedras erguidas alineadas en hileras que se extienden a lo largo de varios kilómetros.
Estas alineaciones también muestran una fuerte orientación astronómica, lo que podría indicar que tenían alguna función relacionada con la observación celeste o ceremonias agrarias coordinadas con eventos celestes.
Implicaciones culturales y científicas
La precisión de estas alineaciones ha llevado a los investigadores a reconsiderar las habilidades técnicas y científicas de las culturas antiguas.
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La construcción de estos monumentos habría requerido un conocimiento considerable de ingeniería, además de una rica comprensión astronómica y astrológica.
Varias son las hipótesis sobre su función.
Por un lado, los megalitos podrían haber funcionado como complejos calendarios para seguir los ciclos estacionales y ayudar en actividades agrícolas cruciales.
La orientación hacia fenómenos celestes también sugiere un uso religioso o ritual, posiblemente relacionado con deidades solares o lunares.
Otra teoría plantea que estos monumentos servían para marcar territorios y reforzar el poder de un grupo dominante.
Los megalitos y sus alineaciones astronómicas continúan siendo un campo fértil para la investigación y el asombro. Aunque aún no comprendemos completamente los métodos y motivos que llevaron a la construcción de estas estructuras, es indudable que reflejan un profundo entendimiento de la naturaleza y el cosmos por parte de nuestros antepasados.
A medida que la investigación avanza, seguimos desentrañando los misterios que estas piedras gigantescas han guardado celosamente por milenios, acercándonos cada vez más a las mentes y espiritualidad de las civilizaciones antiguas que las erigieron.