El análisis de microrrestos vegetales conservados en ocho herramientas de percusión procedentes del yacimiento de Gesher Benot Ya’aqov (Israel) permitió extraer y clasificar más de 650 granos de almidón incrustados en ellas, según un estudio que publica PNAS.
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Un equipo de investigadores de la Universidad de Bar-Ilan (Israel) detectó almidones de bellotas, granos de hierba, castañas de agua, rizomas de nenúfar amarillo y semillas de leguminosas en herramientas como yunques y martillos realizadas en basalto.
Las plantas identificadas procedían de diversos hábitats, incluido un lago cercano al yacimiento y zonas de tierras altas más distantes, y su asociación con herramientas de piedra sugiere que los microrrestos representan residuos del procesamiento de alimentos vegetales por parte de los homínidos.
Estos resultados, señala el estudio, indican “las avanzadas capacidades cognitivas de nuestros primeros antepasados, incluida su habilidad para recolectar plantas a distintas distancias y de una gran variedad de hábitats y para procesarlas mecánicamente utilizando herramientas de percusión”.
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A pesar de sus implicaciones potenciales para la dieta, la cognición y el comportamiento de los homínidos, solo en raras ocasiones se ha considerado a las plantas como impulsoras de la evolución humana, en parte porque son menos visibles arqueológicamente, recuerdan los autores.
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Sin embargo, estos hallazgos sugieren que los hidratos de carbono extraídos de plantas silvestres desempeñaron un papel importante en la dieta hace al menos 780.000 años, “confirman la importancia de los alimentos vegetales en nuestra historia evolutiva y ponen de relieve el desarrollo de comportamientos complejos relacionados con la alimentación”.