La representación holográfica fue instalada en el confesionario del templo católico entre agosto y noviembre como parte de una colaboración artística con la Universidad de Ciencias Aplicadas y Artes de Lucerna (HSLU) y su objetivo era despertar el debate sobre las oportunidades y riesgos del uso de la IA en el ámbito de la religión.
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Con este objetivo, el programa fue entrenado con los textos teológicos que se encuentran volcados en internet en más cien idiomas, lo que le permitió interactuar con más de un millar de personas de varias partes del mundo durante los dos meses que duró el experimento, según ha explicado la Universidad de Lucerna.
No obstante, a pesar de la preparación del holograma, este no llegó a ofrecer en ningún momento el sacramento de la confesión.
¿La inteligencia artificial puede abordar dilemas espirituales complejos?
Los creadores del proyecto dijeron que eso no hubiese sido posible, porque la inteligencia artificial no puede abordar dilemas espirituales complejos con la misma empatía y profundidad que una persona dedicada al sacerdocio.
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Durante todo el tiempo que el holograma estuvo activo hubo un sacerdote en la parroquia para las confesiones.
La instalación artística, que culminó hace unos días con una presentación y un debate para valorar los resultados del proyecto, despertó ciertos comentarios negativos en redes sociales, en particular de los feligreses que habitualmente frecuentan la iglesia.
Sin embargo, en un sondeo realizado en el marco del proyecto, dos tercios de los visitantes declararon haber tenido “una experiencia espiritual positiva”.