En la apertura de esta COP16 celebrada la víspera, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, instó a las partes a hacer una “inversión significativa” en el Fondo Marco Mundial para la Biodiversidad (GBFF) , que fue creado el año pasado, y a “comprometerse a movilizar otras fuentes de financiación pública y privada”.
“Quienes se lucran de la naturaleza deben contribuir a su protección y restauración”, dijo Guterres en un mensaje en video reproducido ante los delegados reunidos en Cali, una ciudad del suroeste colombiano en máxima alerta tras amenazas de un grupo guerrillero.
El GBFF se creó para ayudar a los países a alcanzar los objetivos del llamado Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal, adoptado en la COP15 de Canadá en 2022 con 23 metas para “detener y revertir” la pérdida de biodiversidad hasta 2030.
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Hasta ahora, los países se han comprometido a aportar unos 250 millones de dólares al fondo, según las agencias que supervisan el proceso.
Esas contribuciones forman parte de un acuerdo más amplío para que los países movilicen al menos 200.000 millones de dólares anuales hasta 2030 para la biodiversidad, incluidos 20.000 millones anuales hasta 2025 de las naciones ricas para ayudar a los países en vía de desarrollo.
Guterres destacó que la destrucción del medioambiente aumenta los conflictos, el hambre y las enfermedades, alimenta la pobreza y reduce el producto interno bruto (PIB).
“Un colapso de los servicios de la naturaleza -como la polinización y el agua limpia- supondría para la economía mundial una pérdida de billones de dólares al año, siendo los más pobres los más afectados”, afirmó.