En su primera aparición desde el incidente, Bastian anotó en una entrevista con CNBC en la capital francesa que esta cifra incluye la pérdida de ingresos, así como "las decenas de millones de dólares por día en compensaciones y hoteles" durante un período de cinco días.
Delta tuvo que cancelar más de 4.000 vuelos en los primeros cuatro días de la crisis, con retrasos para otros miles.
El Departamento de Transporte de Estados Unidos está investigando cómo manejó la aerolínea la interrupción y su respuesta al cliente, ya que otras aerolíneas se recuperaron más rápido.
Bastian también indicó que a la aerolínea "no le queda otra opción" que pedir daños y perjuicios a CrowdStrike y Microsoft por las interrupciones.
"Tenemos que proteger a nuestros accionistas. Tenemos que proteger a nuestros clientes, a nuestros empleados, de los daños, no solo por el coste, sino por el daño a la marca, por el daño a la reputación", dijo Bastian.
Delta ha contratado como abogado a David Boies para reclamar daños y perjuicios a CrowdStrike y Microsoft, conocido por representar al gobierno de Estados Unidos en su caso antimonopolio contra Microsoft.
Tras el incidente de este mes, CrowdStrike explicó en un comunicado que el apagón informático masivo se produjo por un fallo en el software de prueba, llamado "Falcon" -que protege a los sistemas de virus y ciberataques- por no validar correctamente la actualización de contenido del sistema, lo que llevó a un bloqueo de los ordenadores que usan Windows.
"Debido a un error en el validador de contenido, una de las dos instancias de plantilla (una serie de instrucciones que orientan al software para acabar con amenazas del sistema) pasó la validación a pesar de contener datos de contenido problemáticos", indicó la empresa.
No especificó si se trató de un error humano ni cuántas personas pudieron haber tenido alguna responsabilidad, pero sí reiteró que no fue fruto de un ciberataque.