El fenómeno de El Niño, conocido por sus efectos climáticos extremos, no es un hallazgo reciente. Sus primeras observaciones datan de 1891, documentadas en una carta donde se mencionaba un año particularmente abundante en Perú, marcado por desiertos más verdes y la aparición de especies de peces inusuales. Este fenómeno recibió su nombre de pescadores peruanos que notaron un calentamiento de las aguas oceánicas cerca de sus costas durante la Navidad, asociándolo simbólicamente con el Niño Jesús.
Su contraparte, La Niña, representa la fase fría de este ciclo climático. Mientras que El Niño calienta ciertas partes del océano Pacífico, La Niña provoca un enfriamiento. Ambos fenómenos son capaces de alterar patrones climáticos globales, generando desde sequías hasta precipitaciones excesivas en diversas regiones del mundo.
El Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN) en Guayaquil, Ecuador, resalta que estos eventos están vinculados a lo que se conoce como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), un patrón que abarca tanto variaciones atmosféricas como oceánicas.
Los indicadores principales de ENOS incluyen la temperatura superficial del mar y la presión atmosférica sobre el océano. Dependiendo de estas variables, puede darse inicio a El Niño o a La Niña. Específicamente, se observa un calentamiento oceánico durante El Niño y un enfriamiento durante La Niña, con las fluctuaciones de presión determinando en parte el inicio de estos fenómenos.
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El Niño y La Niña: ¿por qué ocurren?
Respecto a por qué ocurren El Niño y La Niña, los científicos aún exploran diversas teorías, sin embargo, cambios en los patrones de viento sobre el Pacífico ecuatorial desempeñan un papel crucial. Estos vientos, modificados por variaciones en la actividad solar según algunos expertos, influencian directamente la distribución de temperaturas oceánicas, llevando a un ciclo de calentamiento y enfriamiento que define a El Niño y La Niña, respectivamente.
Las consecuencias de estos fenómenos son vastas, influenciando directamente en la distribución global de lluvias y sequías, afectando la agricultura, la biodiversidad y las economías locales. Eventos extremos de El Niño, como los ocurridos en 1982-83 y 1997-98, han provocado desastres naturales severos, desde inundaciones hasta olas de calor insoportables. Además, el cambio climático podría estar intensificando estos efectos, aunque no sea su causante directo.
Frente a estos desafíos, expertos sugieren aprovechar los conocimientos ancestrales, como la construcción de represas y sistemas de recolección de agua, para mitigar los impactos negativos de El Niño y La Niña. La iniciativa de crear centros oceanográficos, como los propuestos en Perú, podría ofrecer una plataforma para la investigación y educación sobre cómo convivir de manera sostenible con estos fenómenos climáticos.
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Características | El Niño | La Niña |
---|---|---|
Temperatura del agua | Más cálida de lo normal | Más fría de lo normal |
Circulación atmosférica | Vientos alisios debilitados, corriente de Humboldt debilitada | Vientos alisios fortalecidos, corriente de Humboldt intensificada |
Impactos en el clima | Sequías, lluvias torrenciales, alteración de patrones climáticos | Inundaciones, sequías, alteración de patrones climáticos |
Duración | 9-12 meses (a veces hasta 2 años) | 9-24 meses |
Frecuencia | Cada 2-7 años | Cada 2-7 años |
Predicción | Posible con cierta precisión | Posible con cierta precisión |