Para julio de 1788 su colección ya abarcaba 224 especies, mucho colaboraron para ello el padre Noseda y el Teniente de Gobernador del Departamento de Concepción (Misiones) Gonzalo de Doblas.
Al padre Noseda lo trató Azara -como se vio- desde su Segundo Viaje a las Misiones (el que realizó entre el 16 de noviembre de 1787 y el 8 de febrero de 1788), y al Gobernador Doblas en ambos.
Azara había realizado a Doblas unas observaciones que éste mucho estimó, al punto de dedicarle la Memoria histórica, geográfica, política y económica de las Misiones de indios guaranís que concluyó en setiembre de 1785 y, durante el Segundo Viaje de nuestro naturalista a Misiones, puso a su disposición a un baqueano o práctico del Pueblo de San Carlos, que además era un experto cazador, para que lo acompañase en su recorrida por la costa el Yberá, y ordenó a un grupo de indios que cazaran aves para su colección. Azara, asombrado con la multitud de especies que dichos indios le proveyeron, escribió: “con esto me confirmé en lo que ya sabía, y es que vale más para acopiar estas cosas una orden eficaz del que manda, que muchos meses de trabajos particulares, auxiliados con mucha plata”.
Nueva clasificación
Al poco tiempo Azara llegó a tener unas 300 especies de aves y, como “sus descripciones seguían el orden de [la] adquisición [del ave]”, optó por separarlas en clases o familias pues, de otra manera, para asegurarse de que un ave fuera nueva, debía compararla con todas las demás.
Tal clasificación la concluyó a mediados de 1789 y, en sus palabras, quedó malísima, porque su “ignorancia entonces era mucha”.
Sin nomenclatura biológica
Luego el naturalista Antonio de Pineda y Ramírez vio una copia de los apuntamientos de Azara en Buenos Aires, entre los papeles que debían ir a la Corte. Se interesó en ellos, se procuró una copia y se ofreció a ponerlos en mejor estado (siguiendo el sistema de Linneo), lo que no fue posible por su fallecimiento (producido el 21 de junio de 1792).
En un informe que Pineda elaboró sobre zoología del Virreinato de Buenos Aires, fechado en Montevideo el 11 de noviembre de 1789, se lee:
“Las aves que cría solo la Provincia del Paraguay y Paraná, ascienden a cuatrocientas nueve especies, según la historia de ella que tiene manuscrita el benemérito oficial de la marina Real, Azara, aunque envueltas en la oscuridad de nombres indios y perdidas para la Europa, sin la llave sistemática y nomenclatura propia de que carecen. La exactitud geométrica con que se describen, hacen que un conocedor versado en la América podría rastrearles aunque envueltas en prolijas descripciones. / La situación del Sr. de Azara no le permitió otro partido, sin libros ni Maestros”.
Tras los pasos de Buffon
Después Azara, con mayor “cuidado y conocimiento”, suprimió más de cien descripciones que estaban duplicadas y amplió muchas de ellas. Luego, a costa de “cacerías y dilatados viajes”, adquirió “especies nuevas y noticias de las viejas”, con lo que quedó ordenada su ornitología, antes de abandonar definitivamente Asunción.
Estando ya en Buenos Aires sus descripciones, según consta en la Nota que el 4 de junio de 1797 dirigió al primer ministro Manuel de Godoy, alcanzaban a 450 especies. Fue ahí que su amigo Pedro Cerviño le prestó la Historia Natural de los Pájaros del conde de Buffon con cuya lectura, y teniendo a la vista sus estampas iluminadas, realizó una crítica razonada y muy trabajosa, y sus Apuntamientos quedó finalmente compuesto con 448 descripciones de aves.
En la imprenta de Ibarra
Esas descripciones fueron publicadas con el título de Apuntamientos para la historia natural de los páxaros del Paraguay y Rio de la Plata, en tres tomos: el primero en 1802 y los siguientes en 1805, en la antigua y acreditada imprenta madrileña de Joaquín Ibarra, para esas fechas a cargo de su viuda (1802) e hija (1805).
Consultadas por destacados naturalistas se pudo determinar que el número real de especies descriptas por Azara es de 381, pues algunas no son más que variantes de edad, sexo o plumaje; y, además, que unas 150 aves descriptas eran nuevas para la ciencia.
Sus primeras especies
Las 110 descripciones iniciales de Azara se presentarán de a una, precedidas de una relación que contextualice el criterio que se tuvo en cuenta para agruparlas.
Así, en primer lugar, aparecerán las 30 especies que proceden o son propias de las inmediaciones de la Villa del Rosario, San Estanislao, San Joaquín y Curuguaty, con una explicación previa sobre las circunstancias en que fueron colectadas esas aves.
Las restantes 80 especies irán según otros criterios como, por ejemplo, las especies que adquirió de los indios payaguá, o las que mantuvo vivas en su cuarto.