Descubren las mutaciones que aceleran el avance de la insuficiencia cardíaca

REDACCIÓN CIENCIA. Un equipo de investigadores descubrió qué tipo de mutaciones adquiridas en las células sanguíneas son las responsables de acelerar la progresión de la insuficiencia cardíaca que sufren millones de personas.

La insuficiencia cardíaca es la principal causa de hospitalización en personas mayores de 65 años. (EFE)
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La insuficiencia cardíaca es la principal causa de hospitalización en personas mayores de 65 años y una importante causa de mortalidad, subrayó hoy el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, que destaca que los resultados de esta investigación abren la puerta al desarrollo de terapias personalizadas dirigidas a los pacientes con ese tipo de mutaciones.

El trabajo, cuyas conclusiones se publican en The Journal of the American College of Cardiology (JACC), fue realizado por un equipo multidisciplinar de científicos y médicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de España y de los hospitales españoles Virgen de Arrixaca (Murcia) y Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona).

Cada día una persona adulta genera cientos de miles de millones de células sanguíneas, un proceso necesario que sin embargo facilita la aparición de mutaciones en las células que son responsables de su producción.

Esas mutaciones se denominan somáticas, ya que se producen debido a cambios adquiridos, no hereditarios, en el ADN de estas células progenitoras, y aunque en su mayor parte se trata de mutaciones inocuas, en ocasiones provocan que las células que las presentan adquieran una ventaja competitiva que permite que se expandan de forma progresiva, lo que da lugar a clones en la sangre -lo que se conoce como “hematopoyesis clonal”.

El investigador principal del estudio, José Javier Fuster, precisó que los resultados apuntan que esas mutaciones representan un nuevo factor de riesgo cardiovascular y explican por qué algunas personas aparentemente con un bajo nivel de riesgo desarrollan esas patologías, especialmente entre la población adulta.

Fuster explica que a corto plazo los resultados podrían contribuir a identificar y monitorizar a los pacientes con más riesgo de sufrir esa progresión de la insuficiencia cardíaca, y a largo plazo atenuar los efectos con fármacos antiinflamatorios, aunque insiste en que harán falta todavía varios años de investigación y la realización de ensayos clínicos.

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