“Con gran tristeza anunciamos la muerte de nuestro fundador Paul Allen, cofundador de Microsoft”, dijo en un comunicado la compañía Vulcan, fundada y de propiedad de Allen.
“Allen falleció en la tarde del lunes 15 de octubre de 2018, por complicaciones de un linfoma no Hodgkin en Seattle (noroeste)”, según el texto.
Paul Allen anunció a principios de octubre que la enfermedad, tratada por primera vez en 2009, había vuelto a aparecer pero que los doctores eran “optimistas”.
“Mi hermano fue una persona notable en todos los aspectos”, dijo a su vez su hermana Jody en el comunicado emitido por Vulcan.
Allen nunca se casó ni tuvo hijos. Dejó Microsoft en 1983 para fundar y presidir la firma de inversiones con sede en Seattle, que administra activos en cultura, bienes raíces, medios y deportes.
La empresa habló de una “pérdida inexpresable” después de su fallecimiento.
“Poseía un intelecto notable y una pasión por resolver algunos de los problemas más difíciles del mundo, con la convicción de que el pensamiento creativo y los nuevos enfoques podrían tener un impacto profundo y duradero”, agregó.
Otra reacción a la muerte de Allen fue la de su exsocio y CEO de Microsoft Bill Gates, con quien se peleó cuando abandonó el grupo en los años ochenta.
De acuerdo a un comunicado citado por la prensa estadounidense, Gates saludó a “uno de sus amigos más cercanos”, quien “merecía más tiempo”, y dijo que “la computación personal nunca habría existido sin él”.
Allen fue compañero en la escuela secundaria de Gates y después, mientras trabajaba como programador informático, persuadió a su amigo de abandonar Harvard para crear Microsoft, que se convirtió en la compañía más valiosa del mundo en 1990.
Microsoft dijo también en un comunicado que las “contribuciones de Allen a nuestra compañía, nuestra industria y nuestra comunidad son indispensables”.
“Como cofundador de Microsoft, a su manera tranquila y persistente, creó productos, experiencias e instituciones mágicas. Y al hacerlo, cambió el mundo”, agregó la presidenta ejecutiva de la compañía, Satya Nadella.
Igualmente fue conocido por sus acciones filantrópicas, especialmente en el área de la salud. Invirtió 100 millones de dólares para fundar el Allen Institute for Brain Science en 2003.
Una década más tarde, fundó el Allen Institute for Artificial Intelligence, para estudiar el impacto en la sociedad de nuevas tecnologías, y el Allen Institute for Cell Science, a fin de financiar la investigación para el tratamiento de enfermedades.
Su fortuna fue estimada el lunes en 20.300 millones de dólares, según la revista Forbes.
También era propietario del equipo de fútbol americano Seattle Seahawks. El comisionado de la Liga Nacional de Fútbol (NFL), Roger Goodell, dijo que Allen era “la fuerza impulsora para mantener a la NFL en el noroeste del Pacífico”.
“Su pasión por el juego, combinada con su silenciosa determinación, llevó a una organización modelo dentro y fuera del campo”, agregó Goodell.
“Trabajó incansablemente junto a nuestros asesores médicos para identificar nuevas formas de hacer que el juego sea más seguro y proteger a nuestros jugadores de riesgos innecesarios”, apuntó también.
En su autobiografía en 2011 afirmaba que Bill Gates habría conspirado para reducir sus acciones en Microsoft.
También fundó Stratolaunch Systems, que construyó el avión más grande del mundo, diseñado como una colosal nave de lanzamiento que se promociona como el futuro del viaje espacial.
La nave estaba previsto que hiciera su primera demostración de lanzamiento a principios de 2019.