30 de diciembre de 2025
Celebramos hoy la fiesta de la Sagrada Familia de Nazareth: al inicio era María y José unidos, respetándose y luchando para ser fieles a Dios. En seguida nace el niño Jesús, el Príncipe de la Paz, que vino al mundo en un pesebre, para enseñarnos que la austeridad de vida revela una extraordinaria belleza, que no se percibe en la opulencia.
En las tradiciones más arraigadas del interior profundo de nuestro país, la Navidad representa un momento en que los niños, principalmente de escasos recursos, reciben regalos de parte de comisiones vecinales, eclesiales o políticas de la zona. Las lluvias de la semana no dieron tregua y los precarios caminos del departamento volvieron a mostrar los años de desidia. Papá Noel abandonó los trineos estancados en barro para dar uso a sus botas y llegar hasta los puntos más recónditos en tractor.
El Paraguay es un país de contrastes. En cuanto a los jóvenes, por ejemplo, vemos a tantos destacarse en competencias académicas, deportivas o de creatividad tecnológica aquí y en el exterior. Mientras, la Senad advierte el crecimiento de la idolatría a criminales por parte de chicos en ciertos sectores. El crimen organizado extiende su plataforma.
Quizás por aquello de que los ciclos se abren y cierran, y tal vez por la necesidad tan humana, salvo algún pesimismo existencialista, de aferrarnos a algo en qué creer, cada fin de año nos sorprende con un renovado optimismo sobre las cosas que podrían darse en el nuevo ciclo que comienza en algunos días más.