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El nuevo año solo dio tres días de paz, al cuarto día ya se registró el primer brutal caso de feminicidio del año. Fue el de Teodosia Esquivel (43). Su familia encontró el cuerpo en medio de una escena de salvajismo fuera de los límites del raciocinio.
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A Teodosia la mataron a golpes. Su rostro fue prácticamente desfigurado a puños. Politraumatismo severo, fue el diagnóstico del forense, pero el agresor finalmente la estranguló. El hecho se produjo en medio de una plantación de mandioca, en Tobatí.
Hugo Antonio Aguayo Guairare (37), su concubino, era el principal sospechoso y estuvo oculto por unas horas, hasta que fue detenido en la tarde de ese mismo día.
Aún más despiadado fue el segundo feminicidio del año, el de Blanca Rosa Leiva Melgarejo (42), que ocurrió solo un día después, el 5 de enero, en la ciudad de Areguá. Los vecinos contaron que Blanca Rosa y su concubino, Aníbal Lorenzo Ayala Molinas (46) peleaban todo el tiempo, especialmente cuando emborrachaban. Los gritos, los insultos y los golpes se podían escuchar periódicamente.
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La mujer fue asesinada a machetazos. Tenía un profundo corte en el cráneo. Además le habían cercenado ambos dedos pulgares. Junto al cuerpo encontraron el machete y clavado en su pecho, un cuchillo. También tenía lesiones en el cuello, lo que revela que su pareja había intentado estrangularla.
Las autoridades no tardaron nada en encontrar al autor, ya que este decidió autoeliminarse colgándose a unos metros del cuerpo de su pareja.
Si bien este caso fue caratulado como homicidio, no deja de consternar a la comunidad por la manera en que se produjo. Una niña indígena de 11 años fue asesinada el 6 de enero, luego de sufrir un ataque sexual.
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El caso ocurrió en Carmelo Peralta, Alto Paraguay, y el sospechoso está identificado como Leandro Picanerai alias "Tango". El presunto autor ya está imputado por abuso sexual en niños y homicidio doloso.
El cuerpo de la pequeña víctima fue hallado flotando en la orilla del río Paraguay. De acuerdo al informe médico, la niña fue atacada sexualmente, estrangulada antes de ser arrojada al río.
El más reciente de los casos ocurrió en la madrugada del domingo 21 de enero en San Lorenzo y se trata de uno de los casos más fuertes de feminicidio, en que incluso un policía que intentó intervenir resultó herido.
En el episodio fueron asesinadas María Inés Vallejos Frágueda (65) y su hija Mónica Raquel Santacruz Vallejos (31), en manos de Emiliano Santacruz Lezcano (69). Eran su esposa y su hija.
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Mónica había conseguido hace un año sacarlo de la casa con una orden judicial, cansada de los malos tratos y golpes que ejercía hacia ellas. Pero el agresor nunca se detuvo, continuó practicando la violencia a través de amenazas, que terminó por cumplirlas en la madrugada del domingo.
El hombre forzó el portón de la casa y las puertas con una pata de cabra. Llegó hasta la planta alta de la casa y los gritos se hicieron escuchar en el vecindario. Ambas mujeres fueron asesinadas con arma de fuego, una al lado de otra. El autor se quitó la vida tras disparar y herir a un policía.
Esta mañana en Caacupé Irma Echeverría de Peña estuvo cerca de ser asesinada por su esposo, de quien ya está separada, Juan Benito Peña. Este la sacó bajo engaños de su casa y la atacó con un cuchillo para luego escapar.
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Por fortuna el arma blanca no causó lesiones de gravedad en el abdomen de la mujer, quien fue dada de alta poco después.