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En la tarde del sábado, Aníbal Ramón Frutos Zaracho (22) fue hasta la casa de un amigo ubicada en Natalicio Talavera entre Colón y Alberdi, en Pedro Juan Caballero.
Retiró una guitarra y subió a su camioneta Toyota con chapa BLS 497. Cuando salió del lugar, en la esquina le interceptaron otras dos camionetas: una Toyota tipo Hilux color gris, sin chapa y con vidrios polarizados, y otra de la marca Chevrolet S 10, doble cabina, color gris con chapa MWZ 7942, municipio de Uberlandia, Brasil.
Frutos, asustado por el hecho, dado que vio a unos hombres que bajaron armados y que no tenían ningún distintivo, aceleró y huyó.
En ese momento, los agentes de la Senad abrieron fuego contra la camioneta del joven. Recién cerca de la línea fronteriza detuvieron a los tiros la marcha del rodado y redujeron a Aníbal Frutos.
Recién entonces se dieron cuenta de que el capturado no tenía relación alguna con el tráfico de drogas y le pidieron disculpas por el malentendido y se alejaron del sitio.
Sin embargo, el hecho reviste gravedad debido a que los agentes especiales actuaron sin orden judicial ni identificaciones, en vehículos particulares, uno de los cuales tenía placa del Brasil.
Abrieron fuego contra una persona a quien, milagrosamente, no mataron y luego se alejaron del sitio como si nada hubiera ocurrido.
Desde la Senad, el ministro Luis Rojas admitió que se cometieron algunos errores, pero trató de minimizar el hecho y dijo que con un sumario iban a ver qué realmente ocurrió, pese a que en el operativo se puso en peligro la vida de un inocente y las de los vecinos, puesto que se disparó a matar.
La camioneta de Frutos presenta nueve impactos de bala, uno de las cuales se localiza en la ventanilla del lado en que iba el conductor.
Muchas interrogantes surgen con este procedimiento, ya que los agentes actuaron con mucha violencia. Al parecer, no tenían intención de detener al narcotraficante que buscaban. No se sabe si iban a registrar el operativo, ya que se realizó sin uniformes y, aparentemente, no se comunicó del mismo a autoridad alguna.
Ni hay certeza de que si incautaban la droga, la iban a presentar ante sus superiores. Hay casos en que los propios agentes de la Senad fueron descubiertos vendiendo drogas que fueron incautadas en procedimientos.
La familia Zaracho presentó una denuncia contra los agentes de la Senad, por intento de homicidio.