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“El sacerdote Carlos Urrutigoity fue absuelto por la justicia de Estados Unidos y por la Santa Sede en el año 2002, es perseguido solamente por la asociación de familiares de personas afectadas”, indicó el obispo.
Se refirió al proceso que culminó ese año en Estados Unidos, cuando la diócesis de Scranton arregló con las partes por US$ 400.000y envió a Urrutigoity a una organización canadiense para someterse a una evaluación sicológica.
De acuerdo a una publicación de la norteamericana NBC, dicha evaluación concluyó: “Él (Urrutigoity) admitió haber dormido con niños y jóvenes (…) el padre Carlos Urrutigoity debe ser removido inmediatamente del ministerio activo, sus facultades le deben ser removidas y debería pedírsele que viva una vida privada”.
Sin embargo, para Livieres y para la Santa Sede el caso “está cerrado”, recordó en la entrevista concedida al canal La Tele. Sin embargo, entre los años 2006 y 2008, el arzobispo de Asunción, monseñor Pastor Cuquejo, elevó su preocupación a la Santa Sede sobre la presencia de Urrutigoity en Pararaguay, a pesar de las denuncias que tenía encima, lo que molestó a Livieres.
Al hablar de Cuquejo, inmediatamente Livieres reitera que el mismo es homosexual, lo cual es considerado una falta para la Iglesia Católica. “Para mí monseñor Cuquejo es homosexual. Siempre lo fue. Pero no solamente para mí sino para 20.000 personas de Asunción, no es que sea un descubrimiento mío, sino que es un descubriemiento de muchísima gente que lo conoce”, manifestó.
Livieres dijo que “podría abundar en detalles” sobre la supuesta homosexualidad de Cuquejo, pero que no hablará más si el otro sacerdote tampoco lo hace. “Él me tira una piedra, yo le tiro otra piedra”, dijo.
Dijo que este comportamiento es una muestra de la corrupción “sexual y económica” que hay en la iglesia, y que el Papa Francisco quiere erradicar.
“Se metió en mi diócesis, contraviniendo las normas jurídicas del cánon. Se metió contra mí. Dejó a la Santa Sede como idiota, porque la Santa Sede terminó en el año 2002 el procedimiento”, manifestó.
En otro momento, dijo que Cuquejo debe “ser llamado a vivir como han hecho con varios viejos que se han portado mal, en el silencio de la oración, preparando su buena muerte”. Esto quiere decir que “se calle y desaparezca”, declaró.
(Video: Gentileza del programa Señales, del canal La Tele).
Las diferencias entre Livieres y Cuquejo saltaron nuevamente luego de que el primero defendiera al cura argentino Carlos Urrutigoity, a quien se lo involucra con casos de pedofilia y abuso sexual en diferentes partes del mundo. El religioso trabaja ahora en la diócesis a cargo de Livieres, en un cargo importante.
Cuquejo había sugerido que, ante las denuncias contra Urrutigoity, se retomen las investigaciones y se aclare el caso, a lo que el obispo de Ciudad del Este respondió en una marcha: “Tendría que ser mucho más prudente en este tema, casi fue tirado fuera del Arzobispado por las acusaciones de homosexualidad”.