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Inspirada por su abuelo, el navegante José Rolón, la joven Érika Olazar sintió desde pequeña la pasión por las embarcaciones. A los 17 años ingresó al Colegio Militar, con la aprobación de su familia. Culminó sus estudios de cuatro años como mejor egresada de su promoción. Fue allí cuando la Armada paraguaya le otorgó la posibilidad de perfeccionarse en el exterior, convirtiéndose en la primera mujer paraguaya que viaja para sus estudios como guardia marina.
Hoy vive momentos que difícilmente olvidará. El buque escuela de la Armada argentina en el cual viajaba con fines académicos fue retenido en Ghana, África, el pasado 2 de octubre a partir de una denuncia presentada por un fondo de inversión especulativa que reclama a Argentina el pago de deudas.
Érika salió del país el 25 de mayo, rumbo a Argentina. “Ella salió de acá en avión, llego a Argentina, y el 2 de junio embarcaron”, cuenta su madre. Desde Puerto Madero, viajaron hacia Brasil, pasando por Venezuela, rumbo al continente africano.
“Ella está bien, le tratan bien”, asegura su madre, según recientes conversaciones con la joven.
La paraguaya comparte enseñanzas con colegas argentinas, uruguayas, chilenas, entre otras. “Está contenta con las enseñanzas. Aprovecha el tiempo para tomar clases, también salen a pasearse. A la mañana un rato estudian, después descansan y salen a trotar a la tarde”, afirmó.
Érika sueña con completar las casi 19.000 millas que se propone recorrer la Fragata Libertad, que hoy se encuentra retenida en el continente africano, tras casi 4 meses de navegación.
“En realidad está un poco triste porque su bisabuela falleció”, se sincera su madre. “Le gustaría mucho estar aquí”, remarcó, con un inocultable dejo de tristeza.