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El proceso de su liberación inició el lunes 22 de diciembre del 2014 en horas de la tarde, cuando Arlan se separa del otro secuestrado Edelio Morínigo, y tres de los integrantes del EPP lo acompañan mientras que el resto del grupo se queda con el policía. Caminaron tres días.
Siempre con los ojos vendados, caminaron hasta llegar hacía el kilómetrro 406 de la ruta III, en Ybya Yaú, donde finalmente lo liberaron. Arlan se quitó las vendas al sentir que se encontraba sobre un asfalto y corrió hasta una casa, la de Wemerson Almeida, quien le prestó su teléfono y así se comunicó con sus familiares.
Llamó al teléfono de su papá, Alcido Fick, pero le atiendió Rosinei Fick, una de sus hermanas, quien en un primer instante no creyó que era su hermano con quien hablaba. Recién cae en cuenta de que sí se trataba de su hermano cuando él menciona ciertas cosas que solo ambos sabían. Enseguida salieron de su casa rumbo a Yby yaú en busca de Arlan.
Luego de estar casi nueve meses en cautiverio y de cumplir con todas las exigencias del grupo criminal, felizmente para los Fick, el secuestro llegó a su término el 25 de diciembre pasado; Y hoy se encuentran disfrutando en la familia. Tratando de dejar atrás tanto sufrimiento vivido por varios meses.
La primera frase que marcó el inicio de una nueva vida para Arlan fue una dicha el viernes 26 de diciembre, un día después de su liberación, en una conferencia dada por en su casa de la Colonia Paso Tuya, respecto a su liberación “un segundo nacimiento”.
Los Fick pagaron US$ 500.000 en concepto de rescate ni bien se lo exigieron. Además, cumplieron con la obligación de donar víveres por valor de US$ 50.000 en la zona. Además, luego de la liberación tuvieron que nuevamente repartir cien canastas a una zona del departamento de Concepción, quedando con una millonaria deuda que lo tendrán que pagar en cinco años. El joven Arlan Fikc fue secuestrado la noche del 2 de abril del 2014.