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Con banderas arcoíris, unos 50 activistas se juntaron hoy frente al Congreso Nacional para denunciar la discriminación en contra de las personas homosexuales, bisexuales y transexuales en este país. Parejas homosexuales y heterosexuales se besaron en solidaridad por la causa.
“En el día a día es donde más se siente la discriminación que todavía caracteriza a la sociedad paraguaya, se siente en las familias, los colegios o los puestos de trabajo”, sostuvo Sergio López, dirigente de la organización Somosgay, a la agencia EFE.
La organización recibe numerosos pedidos de ayuda de jóvenes y adolescentes que son expulsados de sus casas o despedidos de sus trabajos cuando dan a conocer su orientación sexual, explicó López.
Rocío Casco, diputada electa por Avanza País, acudió al evento a apoyar la causa. Aseguró tener el compromiso de abrir el debate sobre el matrimonio homosexual en Paraguay, dentro de la cámara legislativa.
Sin embargo, admitió a Efe que la aprobación del casamiento entre personas del mismo sexo “absolutamente imposible” ya que “la gran mayoría es conservadora”. La diputada electa recordó que la dictadura de Alfredo Stroessner que sufrió el país durante 35 años es “el motivo principal por el que la sociedad paraguaya es tan conservadora”.
“Los socialistas, como los gays, los transexuales y las lesbianas, también formamos parte de ese grupo que nunca fue tolerado por la sociedad por el simple hecho de ser diferentes”, dijo Casco.
Efe reportó que a pocos metros de la pacífica protesta un pastor evangelista plantó una pancarta que decía “Paraguay no a la legalización homosexual. Argentina y Uruguay: sodoma y gomorra”. El religioso, biblia en mano, gritó a los activistas que lo que hacían era “una cochinada”, que debían “arrepentirse del pecado” y salir de la plaza.
El 17 de mayo de 1989, la Organización Mundial de la Salud eliminó a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Desde entonces, esa fecha fue fijada como el Día Mundial de la Lucha Contra la Homofobia y la Transfobia.