Cadetes denuncian torturas

Familiares de alumnos de la Academia Militar denuncian golpes y torturas por parte de estudiantes de cursos superiores en una salvajada que quisieron revestir de “bautismo”. Los de Infantería sufrieron la peor parte.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2061

Cargando...

Golpes, vejaciones y torturas. Esa fue la manera en la que los estudiantes de cursos superiores dieron la “bienvenida”a los alumnos del segundo año de la Academia Militar que la semana pasada eligieron las armas en las que desean continuar sus carreras.

Los que se llevaron la peor parte fueron los 19 cadetes que optaron por el arma de Infantería. Todos ellos fueron recibidos a golpes por un grupo de cinco estudiantes del tercer y cuarto curso, según denunciaron familiares de los jóvenes en conversación con ABC Color.

Los 19 nuevos cadetes de Infantería fueron llevados hasta un baño, donde los estudiantes de cursos superiores los golpearon a puño limpio durante largas sesiones en las que los más jóvenes no se podían quejar o reclamar. No contentos con los golpes que propinaban, dieron un siguiente paso y utilizaron métodos de tortura.

En algunos casos, los estudiantes de cursos superiores ponían entre los dedos de los más jovenes pedazos madera para luego seguir golpeándolos.

La situación llegó a niveles tan extremos, que uno de ellos no resistió y huyó del lugar. Una vez en su hogar, sus familiares se percataron de las marcas que le habían quedado en el cuerpo luego de las sesiones de golpes y torturas. Ellos decidieron llamarse a silencio, por temor a posibles represalias.

Otros padres también recibieron a sus hijos llenos de moretones y rastros de violencia por todo el cuerpo cuando los jóvenes fueron a sus casas para pasar el día libre.

Como si la situación ya no fuera lo suficientemente grave, los estudiantes recién incorporados decidieron órdenes estrictas de permanecer en silencio sobre lo que había ocurrido, bajo apercibimiento de que quien sea el primero en hablar pagaría las consecuencias.

Familiares de los alumnos que denunciaron la situación en conversación con nuestro diario solicitaron el resguardo de sus identidades, por temor a las posibles represalias que podrían recibir sus hijos. “Los padres no sabemos qué va a pasar con los cadetes”, afirmaron.

De acuerdo a versiones a las que tuvo acceso nuestro diario, el propio comandante de la Academia Militar, el coronel Juan Pablo Paredes, fue hasta la casa del estudiante que había decidido desertar tras los golpes recibidos y lo llevó hasta la casa de estudios.

Los golpes no solo se registraron durante el “bautismo” a los estudiantes de Infantería, sino que alcanzaron también a los ingresantes de todas las armas. Padres de cadetes de la Fuerza Aérea y la Naval también notaron golpes en los cuerpos de sus hijos o manos y pies pelados.

“Dicen que es la primera institución militar, pero es la primera cárcel militar”, se quejaron los padres ante la situación. Como si ya no fuera suficiente el alto costo de mantener a los jóvenes en la Academia, ahora deben soportar que sus hijos sean sometidos a estos vejámenes. Muchos de los estudiantes deciden callar por temor y otros porque son convencidos de que las sesiones a las que son sometidos están bien.

De acuerdo a lo establecido por el reglamento de la Academia Militar, los estudiantes que son responsables de agresiones físicas contra estudiantes de cursos inferiores deben ser expulsados de la institución. Hasta el momento, eso no ocurrió contra quienes ya fueron individualizados como los torturadores de los nuevos ingresantes.

Consultado al respecto de la situación, el vocero de las Fuerzas Militares, Coronel Néstor Salazar, manifestó que el martes emitiría un comunicado de prensa para informar de la situación. Quien debería ser encargado de facilitar la comunicación entre los uniformados y los medios de comunicación, se limitó a ignorar los mensajes cuando se le señaló la intención de hablar con el coronel Paredes para hacerle consultas al respecto.

Mientras tanto, los padres de los cadetes viven en la zozobra de no saber si los agresores de sus hijos serán o no expulsados y si podrían volver a existir abusos de este tipo.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...