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La investigación fue coordinada por el Departamento de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Economía de la Salud del IECS y realizada por un equipo de más de 40 investigadores y decisores sanitarios de universidades, centros de investigación e instituciones públicas de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México, Paraguay, Perú y Uruguay.
A nivel local se difundió en el documento titulado “El tabaquismo en Paraguay: muerte, enfermedad y situación impositiva”, y fue encarado de manera conjunta con el Gobierno, a través del Ministerio de Salud.
El estudio destaca que el tabaquismo genera un costo directo anual de G. 1,5 billones, equivalentes al 1,09% del producto interno bruto (PBI) del país, y al 12,1% de todo el gasto público en salud anual.
Alerta, además, que la recaudación impositiva por la venta de cigarrillos es de alrededor de G. 318.945 millones anuales, un valor que apenas llega a cubrir el 20% de los gastos directos provocados por el cigarrillo en el sistema de salud.
Indica que el aumento del precio de los cigarrillos, a través de la suba de la tasa impositiva, es reconocido en el mundo como la medida más efectiva para reducir su consumo, sobre todo cuando se logran políticas fiscales sostenidas en el tiempo.
Agrega que el aumento de impuestos a cigarrillos podría producir “enormes beneficios” para toda la población, ya que una suba de tan solo un 20% podría llegar a evitar más de 1.003 muertes, 2.953 enfermedades cardíacas, 423 nuevos cánceres y eliminar 845 accidentes cerebrovasculares (ACV) en diez años.
Añade que, aun así, el precio de los cigarrillos seguiría siendo bajo para los estándares internacionales. Además, en diez años se podrían generar recursos por G. 644.763 millones, cifra derivada del ahorro en gastos sanitarios y del aumento en la recaudación impositiva.
El equipo de profesionales que realizó esta investigación espera que los resultados de este trabajo ayuden a aumentar la conciencia sobre el impacto sanitario y económico del tabaquismo y constituyan una herramienta útil para que los gobiernos y sistemas de salud puedan definir medidas más efectivas y eficientes en la lucha contra el tabaquismo.
La industria del tabaco en el Paraguay es pujante, y es el presidente de la República, Horacio Cartes, el propietario de una de las mayores fabricantes de cigarrillos. El diario El País de España lo apodó por eso “El rey del tabaco paraguayo”.
El Centro Internacional de Inversión e Impuestos (ITIC, por sus siglas en inglés) cifró en 65.000 millones la cantidad de cigarrillos producidos por año en nuestro país, según datos de 2013, mientras que el consumo fue de solo 2.500 millones.
La empresa Tabacalera del Este (Tabesa), propiedad del presidente Cartes, es la mayor del país, y la “mayor contribuyente” en este rubro, según datos del Ministerio de Hacienda.
En el trabajo, que tuvo el apoyo de la Dirección General de Vigilancia de la Salud, del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay, se utilizó un modelo matemático para estimar las probabilidades que tienen las personas de enfermar o morir por cada una de las condiciones asociadas con el tabaquismo. El documento aclara que los datos corresponden a 2015 y a personas mayores de 35 años.
El estudio señala que el tabaquismo es la principal causa prevenible de muerte y enfermedad a nivel mundial, y que cada año más de cinco millones de muertes en el mundo son atribuibles al consumo de productos del tabaco, y se espera que para el 2025 la cantidad de decesos anuales alcance los 10 millones.
En el Paraguay, se estima que entre el 11 y el 22% de las mujeres y entre el 22 y el 26% de los hombres son fumadores, y el tabaquismo ocasiona una importante cantidad de muertes, enfermedades y costos sanitarios.
El mayor peso está dado por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), las enfermedades cardíacas y el cáncer de pulmón. Su impacto en la mortalidad y en la calidad de vida es responsable en forma directa de la pérdida de 88.473 años de vida cada año y explica el 12,2% de todas las muertes que se producen en el país en mayores de 35 años. Esto representa 3.354 muertes por año que podrían ser evitadas.