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El titular de Capagas, Pedro Ballota, dijo que el consumo en esta época del año oscila entre los 8 millones y 10 millones de kilos y que el stock adquirido alcanza unos 3 millones. “De hecho, ya hay una escasez que se hace sentir y estamos cubriendo todo lo que podamos, pero el mercado está resentido”, sostuvo.
"Entre las medidas adoptadas para hacer frente al faltante figura la suspensión en la comercialización del gas de uso vehicular desde esta semana y por tiempo indefinido hasta tanto se cuente nuevamente con stock; por ende, se priorizará el de uso doméstico y, por de pronto, va a empezar a faltar en estaciones de servicios, habrá garrafas y atenderemos las que se puedan", puntualizó.
El empresario aclaró que, a pesar de la escasez, no habrá reajustes en el precio al menos en las operadoras asociadas a Capagas, pero admitió que podría haber especulaciones en torno al precio, con el objetivo de lucrar a costa de la necesidad de los usuarios. “Una garrafa tendría que estar como máximo de G. 78.000”, sostuvo.
Entre las causas del faltante, Ballota explicó que la Argentina redujo el envío desde el pasado mes de marzo. Esto motivó además una disminución del contrabando, por lo tanto los operadores locales tienen que absorber casi toda la demanda. “Las reservas que teníamos fuimos utilizando en mayo y junio; el mes anterior se importó un 50% del total”, acotó.
En otro momento, expresó que apelará tanto a la Cancillería como al Ministerio de Industria para paliar esta situación. Al mismo tiempo, consideró difícil adquirir gas del Uruguay, dado que ese es un país importador al igual que el Paraguay y carece de logística para almacenar grandes cantidades del producto.