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“Alcatraz”. Así le llaman a la base donde se encuentra el contingente de militares paraguayos que ayudan a las Naciones Unidas a reconstruir Haití, país devastado por un mortal terremoto registrado en enero de 2010.
Pero… ¿por qué Alcatraz?
Desde las instalaciones situadas en Puerto Príncipe llegan hasta Paraguay una serie de denuncias sobre supuestos maltratos constantes hacia los compatriotas en servicio.
A cargo de la tropa se encuentra el coronel Justo Torres, comandante de la Compañía Paraguaya de Ingeniería Multirol, según confirmó a ABC Color el coronel Víctor Ocampos, actual Director de Operaciones de Mantenimiento de Paz.
El servicio que prestan los militares paraguayos tiene una duración de un año, 365 días completos, estipulado en un contrato firmado con las Naciones Unidas, comentó Ocampos. Esto significa un año lejos de Paraguay, lejos de los familiares y amigos.
Desde la llegada del contingente a Haití, en diciembre del 2013, las cosas se pusieron mal. Comenzaron los maltratos sicológicos y las amenazas de deportación para los que supuestamente no se alinean a las órdenes, de acuerdo a denuncias de fuentes bien identificadas.
Según esta versión, la situación empeoró desde enero, ya que algunos integrantes ‘corajudos’ reclamaron el cese de los malos tratos; pero en vez de rever la cuestión, la presión y las amenazas se volvieron el pan de cada día.
Este mes dos militares fueron repatriados: el primer caso fue el del sargento primero de Aviación Olivia Matiauda, quien llegó al Paraguay el lunes 17 de febrero; el segundo es del suboficial mayor de Caballería Thomas Bogado, que se embarcó el pasado miércoles en Puerto Príncipe y debía llegar al aeropuerto Silvio Pettirossi este jueves. Las Fuerzas Militares indicaron que Bogado llegó a las 5:30 de hoy en un vuelo comercial de Copa Airlines; sin embargo, arribó cerca de las 14:00.
Las Naciones Unidas establecen horarios de trabajo para la compañía, a fin de salvaguardar la integridad de los mismos y evitar situaciones extremas. Dicho horario es de 5:30 a 18:00.
Los paraguayos trabajan en la construcción de escuelas, hospitales, calles y cuantas estructuras fueran necesarias para sanar la herida de los haitianos.
Uno de los reclamos de los connacionales fue el trabajo fuera de horario. Los militares paraguayos reciben la orden de trabajar fuera del horario que las NN.UU. ordena, y hasta supuestamente son obligados a trabajar en horario de descanso.
En ‘Alcatraz’ la jornada se extiende hasta las 19:00 y más, porque luego del arduo trabajo de construcción, soportando altas temperaturas de hasta 45 grados, algunos son obligados a realizar guardias durante la noche y madrugada, en forma continua y sin descanso, según la denuncia.
El ‘suertudo’ debe cumplir una guardia que se extiende hasta las 8:00 del día siguiente. Apenas llega ese horario, nuevamente debe salir y cumplir con las ordenes, lo que significa que es obligado a estar casi 23 horas despierto. A la siesta, de 12:00 a 13:30 después de almorzar pueden descansar unos minutos para llegar al final del día, siempre según la misma fuente.
Según un comunicado remitido por la Presidencia de la República, la repatriación de la sargento Olivia Matiauda y del suboficial Thomas Bogado fue ordenada por el mismo comandante de las Fuerzas Militares, general de Ejército, Jorge Francisco Ramírez Gómez, por indisciplina.
“Nosotros sabemos que la disciplina es nuestra base en las Fuerzas Armadas. Es una falta contra la disciplina, y nosotros tenemos que tomar las providencias necesarias para poder continuar trabajando en forma”, señaló Ramírez ante la prensa. No dio detalles del acto cometido por los uniformados.
El alto jefe castrense señaló que un sumario fue abierto para ambos, quienes ya se encuentran a cargo de la justicia militar.
Fuentes de las Fuerzas Militares que prefirieron mantener el anonimato por temor a represalias confirmaron que Matiauda fue sancionada por no querer acatar las órdenes de su superior, en este caso, el coronel Justo Torres.
En el caso del suboficial Bogado, se trató de una violación al reglamento de seguridad interno, al compartir fotos sobre el armamento y documentos utilizados por el contingente en Haití.
Presumen que dichas imágenes iban a ser compartidas a través del celular con otros camaradas, aunque se desconocen los fines.
No es la primera vez que esta compañía da de qué hablar, ya que el año pasado se publicaron reclamos sobre manejos pocos claros en la designación de quienes irían de viaje. Uno de los más llamativos fue la designación de la esposa del comandante Torres, guardia marina de Sanidad Nathalia Raquel Crosta, quien a su vez designó a personas de "confianza" y que no tenían la formación de seis meses requerida para la misión.