Siria: huyen como pueden

Un grupo de extranjeros ingresó a Paraguay con pasaportes de contenido falso y está arrestado por ello. Según los pasaportes son israelíes, pero ellos aseguran ser sirios, que huyendo de la matanza de ISIS, salieron de su país como pudieron.

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Qamishli es un pueblo en el norte de Siria, cerca de la frontera con Turquía, donde conviven kurdos, armenios, siriacos y asirios; la religión predominante es la cristiana y muchos hablan arameo. Así como en otras localidades de Siria, tres o cuatro aldeas de Qamishli fueron alcanzadas por los extremistas islámicos del ISIS o miembros del Estado Islámico (EI). 

Los ataques son permanentes. Los yihadistas llegan a las aldeas, arrestan a los hombres y los decapitan; a las mujeres las venden como esclavas y los niños son enviados a escuelas donde deben aprender el Corán, cuenta Mahed Ibrahim, una joven de 19 años, nieta de Pedro y Nasia Ibrahim, y hermana de un niño de 12 años que la acompañaba mientras trataba de explicar -traductor de por medio- por qué huyó de Siria, de donde afirma son originarios ella, su familia y amigos. En Siria, han muerto más de 200.000 personas en los últimos cinco años desde que estalló la guerra civil, según cifras de Naciones Unidas.

A la familia Ibrahim los acompañan Suleiman Hassan (27), Shant Issa (25) y su hermano menor de 17 años. Ellos tres eran vecinos de los Ibrahim, cuenta Mahed, cuyos abuelos Pedro y Nasia, tienen 91 y 75 años respectivamente.  Todas estas personas excepto el niño, están imputadas por producción y uso de documentos falsos, porque los pasaportes con los que llegaron a Paraguay el pasado jueves 19 de marzo, son de israelíes. 

El trayecto que recorrieron hasta ahora fue largo.  Salieron de Siria por Turquía, donde con los pasajes para el “tour” les vendieron los pasaportes israelíes; del aeropuerto de Estambul viajaron a San Pablo, Brasil, luego fueron a Campo Grande y en algún momento del trayecto -que no pudieron dar a entender-, estuvieron en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Lo cierto es que desde Brasil llegaron al aeropuerto internacional Silvio Pettirossi, en Luque, desde donde en un taxi, se dirigieron a un hotel en el centro de Asunción. Planeaban quedarse hasta el domingo pasado, día en que iban a tomar un vuelo a Buenos Aires, Argentina, y de allí a España, para acogerse al programa de refugiados sirios con el que cuentan en ese país y otros varios países de Europa.

Las autoridades paraguayas los localizaron en el mismo hotel el viernes 20. Según Mahed, primero llegaron “policías americanos”, luego los paraguayos, les hicieron preguntas: querían saber quiénes eran, de dónde vinieron, por qué vinieron, cómo lo hicieron y hacia dónde iban; les tomaron las huellas dactilares y les dijeron que los pasaportes eran falsos, por lo que quedaban arrestados. Los trataron bien, con mucho respeto, dijo Mahed. ABC Color intentó comunicarse con la fiscala del caso Viviana Riveros y con el director de Migraciones, Jorge Kronawetter para conocer más detalles del caso y corroborar los datos que han brindado estas personas, sin embargo a pesar de todas las llamadas y mensajes, no contestaron.

“Estamos tranquilos porque no hicimos nada malo y tampoco teníamos intención de hacer nada malo. Queremos buscar a nuestra familia, que se desperdigaron por el mundo”, dice la joven, que debe medir como 1,65, tiene la tez blanca, los ojos grandes, el pelo castaño y largo y habla con bastante confianza. Mahed no sabe si sus padres están vivos o muertos; Pedro y Nasia no saben si volverán a ver a sus hijos, los padres de sus nietos. “Salgan de acá como puedan y después nosotros vemos qué hacer”, fue lo que le dijeron, recordó la joven, que como todos los demás tiene muy poca comunicación debido a la dificultad del idioma.

Pudo contar que antes de huir iba a la universidad. Su hermano pequeño iba a la escuela, pero con el peligro de las bombas, dejó de ir, al igual que 2,6 millones de niños y niñas en Siria, según datos de la Unicef. 

La solidaridad. Sigfredo Maluff Rosas, cónsul honorario de Siria en Paraguay, dijo que la comunidad siria y muchos paraguayos están haciendo todo lo posible para ayudarles, asistirles. “Vinieron huyendo, escapando de la masacre”, afirmó. Dijo que el grupo ya tiene un abogado, que trabaja ad honoren, y esperan que pronto se resulva la situación y que estas personas puedan viajar a Europa, donde tienen parientes.

Mahed no está preocupada por ella ni por los demás jóvenes del grupo, pero sí por sus abuelos, de avanzada edad. Sus abuelos, que están muy mal de ánimos, deben llegar junto a sus hijos que están en Europa, porque no pueden quedarse perdidos, a morir en un lugar del mundo donde no tienen a nadie, dijo. Mahed, y su familia, son probablemente parte de los cientos de miles de sirios desplazados por el conflicto armado en su país. Según cifras de ACNUR, en su informe Tendencias de Asilo en 2014, 886.000 personas presentaron solicitudes de asilo en países industrializados en 2014, de los cuales el mayor grupo de solicitantes lo componen los sirios, y la mayoría de las solicitudes son a países de Europa.

El proceso. El abogado del caso, Teddy Salgueiro Miranda, explicó que el primer objetivo es demostrar que estas personas son quienes dicen ser, y que no tienen nada pendiente con la justicia. Se ha hecho un pedido de informe a Interpol sobre sus identidades, se les ha practicado un exámen médico y pruebas que buscan determinar principalmente la edad y el estado de salud de ellos. El informe médico debería salir hoy, y el de Interpol en al menos una semana.

Salgueiro dice, que están buscando un salvoconducto, para lograr que ellos viajen a Europa. Cuestiona el hecho de que Paraguay no tenga un programa para refugiados y las vías para conseguir ayuda a estas personas que buscan cualquier forma de salir de su país, donde la escalada de violencia es cada vez mayor.

“Un sistema judicial que no permite ver razones humanitarias es un sistema que no sirve para garantizar justicia. El trato humanitario para ciudadanos de países que están en guerra es un tema harto aceptado por Naciones Unidas”, dijo el abogado.

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